domingo, 18 de mayo de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 138

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 138

Continuación...

Si no logramos hallar nuestro lugar en el propósito perfecto de Dios, nuestro vivir en Cristo no ha cumplido la razón de nuestro paso por este mundo.

No podemos vivir en este mundo desinteresados mientras muchos se pierden o pasan necesidad y estar como si nada.

Si el ayuno no produce ardor en nuestro corazón y un anhelo por hacer la voluntad de Dios, estamos aguantando hambre.

Jesús decía que mientras se encontraba entre nosotros como novio, no ocuparíamos ayunar porque le teníamos (y podíamos escucharle claramente hablándonos la voluntad de Dios). Pero cuando fuere quitado entonces nos sería necesario ayunar, (esto es que necesitaríamos tener una herramienta para clarificar esa voluntad del Padre en nosotros y proceder hacia algo concreto).

El ayuno nos ubica en las obras correctas, pero en las obras que Dios preparó para que anduviésemos en ellas y no en las que nosotros pensamos o nos pasamos la vida queriendo hacer para Dios, pero lejos de lo que realmente Él quiere que hagamos. Es humillarnos y hasta arrepentirnos por estar ocupando nuestro tiempo en lo que no es la voluntad de Dios.

Y otra cosa, el ayuno es privado. Nadie debería enterarse cuando ayunamos por como muchos que demudan su rostro para mostrar que ayunan convirtiéndolos en unos hipócritas y anulando de plano el objetivo del ayuno. Mateo 6: 16-18.

Y como ya compartimos, ayunar provee valentía, valentía para hacer lo que Dios dice y desea a pesar de las consecuencias que eso podría tener, en medio de un mundo religioso que inclusive nada quiere con Él.

 

Veredicto: Ayunar, sí, pero para lo que la Palabra enseña, sin religiosidad, sin misticismos, sin intereses creados. Ayunar dentro del propósito del Señor para alcanzar sus propósitos

 

Continuará…