Doctrinas y prácticas
evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 144
Continuación...
e) Como Dios no puede nacer y empezar una vida en este mundo porque Él no tiene principio ni fin, pero como hombre le era posible ser como todos nosotros y nacer de un vientre materno.
Al igual que Adán, dice la biblia que al Señor se le preparó un cuerpo (Hebreos 10: 5) facultado para esta dimensión material para ser una ofrenda, pues como espíritu que es Él siendo Dios, no podía venir a hacer la obra.
Si no tomamos en cuenta todos estos elementos, seguiremos cometiendo un error, creyendo que Jesús es Dios en este mundo.
El Verbo entonces debía despojarse de su condición Divina eterna para poder venir a nacer como nacemos todos en esta humanidad, despojarse de su característica de invencible, ilimitado y eterno para hacerse limitado y frágil como somos todos los hombres.
Es lo que dice Filipenses 2: 5-8.
Note que el pasaje no dice por ninguna parte que vino igual a como era, sino que “se despojó a sí mismo”. Eso quiere decir que sufrió un cambio para poder estar entre nosotros. Dejó su condición de Dios.
¿Necesitamos que nos lo diga más claro?
Como Dios, satanás no hubiese tenido la mínima oportunidad con Él de tentarle y quizá poder vencerle y la verdad era que Dios quería demostrarle que, aunque él (satán) fue un ser celestial creado con poder e inteligencia mayor a la de los seres humanos, un hombre podía vencerlo en el mismo plano en que él lo había hecho caer (¡Gloria a Dios!).
Y ese hombre ganaría el derecho de despojarlo, exponerlo, humillarlo y por ende salvar (recuperar) a toda la especie que el diablo había hecho perderse. Su nombre es Jesús.
Continuará…