LA MANOSEADA COBERTURA ESPIRITUAL - 1° PARTE
Escrito autóctono
"...hermano, ¿cual es su cobertura?...". ¿Le suena familiar la pregunta?.
“Cobertura espiritual”; suena bonito, suena santo, casi bíblico. Debía
tener todo el respaldo de la
Palabra de Dios, pero por increíble que parezca, nada tiene
que ver con ella. Se hace necesario entender esencialmente de
qué estamos hablando para conocer si tiene fundamento.
Para el término “cobertura”, debemos
clarificar su definición en cualquier diccionario de lengua española corriente.
El significado básico es cubierta, lo que sirve para cubrir. En otras palabras,
colocar por encima para proteger o mantener dentro.
Ahora debemos entender todo
lo que implica; cuando y por qué utilizo coberturas en el plano natural del uso
diario y encajar esos resultados con hombres que se denominan como tal o demandan ser reconocidos así. Paso siguiente debo ir a la Escritura para hallar su
respaldo si lo tiene.
Porque la cobertura
espiritual debería tener total base bíblica para aceptarla o ¿debíamos
suponerla o deducirla de algún pasaje en vista del enfoque insistente que se le
otorga hoy?
Lo primero que sorprende es que en ninguna parte de la Escritura se le menciona
en el sentido que se le da hoy. Tampoco se le implica pues no se ve a ningún
hombre terrenal de Dios ni siquiera sugerirla. Cualquier asunto que se pudiese entender
como “cobertura” no expresa a nada humano sino a Dios. Las únicas 2 veces que aparece
literalmente la palabra cobertura en la Biblia , son Job 24: 7 y 26: 6; pero no
tienen nada de relación con todo cuánto se le aplica en la iglesia moderna.
Entonces me pregunto ¿cómo en la actualidad algo no
doctrinal tomó toda la condición de doctrina visto seriamente como algo
autorizado, avalado y hasta impuesto por mandato divino de forma que quien no
tiene la “cobertura espiritual” está fuera de todo orden?. Es más, se llega a
decir que si alguien no la tiene, ni Dios le bendice. De hecho, está bajo
maldición.
La tal cobertura espiritual
hoy día es un asunto de conveniencia, de abarcar más terreno y tener mayor poder, es decir; más dominio y
control. La mayor parte de la veces lamentablemente motivada con fines monetarios más
que otra cosa. ¡Qué triste! ¡Qué engaño más santificado y reverenciado!
Si existe verdad más claramente expuesta en el Nuevo
Testamento es que le pertenecemos a Cristo y no a hombre alguno. Por el
contrario, exponerse a la pertenencia de alguien es carnal según lo describe
Pablo. ¿Qué seguridad humana puede superar a la seguridad de la cobertura de
Cristo literalmente? Nada de protección para quienes adoptan a los hombres
sobre sí.
...Continuará.