viernes, 9 de mayo de 2014

¿Cómo se distribuían los recursos en la iglesia del Nuevo Testamento?

¿Cómo se distribuían los recursos en la iglesia del Nuevo Testamento? 
3° Parte
Escrito autóctono


Sobre dádivas a obreros.
Plantea la Palabra que toda persona que fuese enseñada en ella, podía y debía hacer partícipe -lo cual quedó como un mandamiento apostólico- de toda cosa buena a aquel que le enseñase (Gálatas 6:6). Estas dádivas, no pertenecían a lo que normalmente daban para el aporte común que tenían, sino que eran aparte. De hecho ni siquiera se contabilizaban como ofrendas aportadas al recurso común (Hechos 5: 3 y 4a). En este pasaje está claro que todo lo que habían definido para el bien común era y seguía siendo de todos, cosa que no habían entendido Ananías ni Safira. Entonces las dádivas, serían extraordinarias y directas de los hermanos a quienes les enseñasen.

Aclaro de una vez que estas dádivas no se solicitaban ni se ponían como requisito para nadie. Jamás se vieron como un pago por la enseñanza tampoco. Quien las daba, obedecía un mandamiento del Señor y honraba ese mandamiento en un acto de agradecimiento a quien le enseñaba. Por su parte quien enseñaba, lo hacía sin ningún tipo de interés en ello ni cobraba lo que de gracia había recibido.

Todo esto se practicaba en el mejor espíritu, nadie andaba haciéndose el “listo” pidiendo nada a los hermanos ni aprovechándose, pues podían atraer sobre sí castigo estricto del Señor. La versión TLA de la Biblia (Traducción lenguaje actual) dice claramente: “No deben engañar a los demás miembros de la iglesia, ni aprovecharse de ellos. Ya les hemos advertido que el Señor castigará duramente a los que se comporten así. Porque Dios no nos ha llamado a seguir pecando, sino a vivir una vida santa.” 1° Tes. 4: 6 y 7. El caso de Ananías y Safira les quedó muy claro (Hechos 5: 11).

Además la recomendación era estar atentos a cualquier persona que llegase a las reuniones con la mínima intención de aprovecharse de la comida, exhortándosele a que comiera en su casa y no tuviera malas actitudes (1° Corintios 11:33 y 34). A los vagos (que no querían buscar trabajo) tampoco los participarían de las comidas (2° Tesalonicenses 3:10 - 12). La verdad, todos los flancos estaban cubiertos.

Resumiendo entonces, la atención a los necesitados se priorizaba otorgándoles la mayor cantidad de todo lo que se aportaba en generosidad por parte de la iglesia transformado en un bien común.  (Llámese ofrendas, donativos, contribuciones, etc.). Paso aquí a explicar lo que dije anteriormente de “sacado de la manga” porque, lo que leo en el NT, me lleva a suponer sin aventurarme a poner más de la cuenta, que de ese total aportado por los hermanos, aquel porcentaje asignado, correspondía en forma similar a lo que ya ellos conocían por su costumbre judía que se le entregaba al sumo sacerdote como el sustento de los suyos (Números 18:25-28).  La décima parte del total que traía el pueblo. Perfectamente pudo haber quedado como la cantidad que se repartiría entre los dirigentes que así lo requirieran o aceptasen. Veamos de quienes estaríamos hablando sobre todo por su arduo trabajo en la obra de Dios:

- Apóstoles (Predicaban a los inconversos, enseñaban la Palabra, plantaban nuevas iglesias y se mantenían pendientes del desarrollo de la obra de Dios en las diferentes regiones visitándolas cada cierto tiempo para fortalecerlas). Recibían si lo aceptaban sostenimiento de la iglesia, más dádivas que los hermanos quisieran brindarles por la enseñanza que les impartían. También las iglesias que plantaban solían ofrendarles para su sostenimiento como un acto de agradecimiento y apoyo a la plantación de más iglesias en otras partes.

- Colaboradores apostólicos (servían a los apóstoles en sus funciones, enseñaban la palabra y cuidaban de la grey hasta que el Espíritu levantase entre los hermanos a ancianos-supervisores-obispos-administradores que cumplieran la función más permanentemente. Así mismo podían cumplir funciones como evangelistas) Recibían sostenimiento de la comunidad local de hermanos en el tiempo en que se mantenían con ellas, más dádivas que los hermanos quisieran brindarles por la enseñanza que les impartían.


Continuará…