Conversaciones de iglesia (1º Parte)
Escrito autóctono
¿Qué
diferencia puede haber en que se crea en una forma de iglesia tipo edificio o
local físico como lo asumen millones de personas y que entendamos
conscientemente que somos iglesia?
La
pregunta parecería no ser tan importante como para dedicarle muchas líneas al
análisis porque hoy en día, es normal que casi la totalidad del mundo
cristianizado admite sin problema que hay iglesias físicas materialmente
hablando (y así le llaman al local en donde se reúnen para realizar sus cultos
o rituales de tipo religioso) como igualmente también sin problema aceptan que
ellos mismos forman parte de la iglesia mística invisible que es el cuerpo de
Cristo, es decir, que ellos son iglesia.
La
tradición se encargó de hacer lo propio por medio de cantidades casi
innumerables de edificios dedicados al culto a Dios o a la divinidad con
Catedrales, Basílicas, Templos, Parroquias, a los que les llaman “iglesia”. De
igual manera dentro del cristianismo no estatal, también hay multitud de Templos,
Catedrales, Centros de reunión, Mega construcciones, Auditorios y demás que de
la misma forma son llamados “iglesia” o identificados y hasta rotulados como
tal. Tanto para un sector como para el otro, lugares consagrados a la adoración y el
servicio a Dios que son considerados como su casa.
Así
que no hay que convencer a nadie de ver la iglesia de una forma o de la otra.
El
caso es cuando se lee “iglesia” en las
Escrituras. Según la mayoría, hacen la separación mental automática que permite
entender cuando la Palabra habla de la iglesia como un edificio físico o bien de
la iglesia como el cuerpo de Cristo, con solo leer el contexto. Con eso resuelven
y explican el asunto.
Así
por ejemplo asumen que cuando se nombra “la iglesia que está en Jerusalén” o “las iglesias de Asia”, entre muchos otros
pasajes, habla de la iglesia local que habían construido o el local que alquilaban
los hermanos de esos lugares para reunirse. Inclusive, -aseveran muchos-, les
ponían hasta nombre: por ejemplo "Iglesia de Dios", "Iglesia de Cristo", “El aposento alto” o “Templo la Hermosa”. Sobre
esta última designación, muchos insisten en que cuando se nombra “el templo” en
Hechos de los apóstoles, se refiere a la iglesia-edificio local físico en que
Pedro era el pastor principal y en el cual los creyentes miembros de la primera
iglesia se reunían a celebrar sus cultos.
Por
otro lado cuando en Hechos dice que la iglesia era perseguida o asolada, se
trata del cuerpo místico de Cristo conformado por todos los hermanos que padecían
la persecución -dicen- pues como es lógico, no perseguirían un edificio material;
por mencionar solo uno de los ejemplos.
Ahora, llama la atención que ¿no era que debían llamar esos edificios
edificados “Casa de oración” como dijo Cristo o al menos acuñarlo al nombre
que les pondrían? ¡Algo pasó! O entendieron mal las Palabras del Señor o las
olvidaron; quizá a la hora de la hora no lo consideraron tan importante, o
desobedecieron deliberadamente…(¿?). ¿Cómo una expresión-ordenanza del Señor
terminó siendo ignorada en las supuestas
casas del Señor edificadas para congregarse? Le aseguro que nada de eso
ocurrió. Evidentemente hay una interpretación errada al querer insistir en
locales físicos llamados iglesias en el Nuevo Testamento.
Estos
planteamientos que podrían parecer risibles, son la seria forma en que millones
interpretan los registros históricos bíblicos porque se los han enseñado así o
es -reitero-, la figura que tienen en mente al leer los diferentes pasajes.
Otros
más “atrevidos” a sabiendas que no todo debía ser así de acuerdo a como lo asimilaron
un tiempo, dicen que los creyentes del Nuevo Testamento se reunían en
catacumbas o grutas subterráneas para poder sobrevivir a las persecuciones que
se desataban, pero ya fuera en esas condiciones o en tiempos de paz, la iglesia funcionaba bajo
la misma estructura jerárquica y organizacional con todo y sus programas, como la iglesia que conocemos hoy
en día. Esto no me lo contaron, lo escuché con mis propios oídos.
Continuará…