sábado, 12 de septiembre de 2015

Conversaciones de iglesia (1º Parte)



Conversaciones de iglesia (1º Parte)
Escrito autóctono


¿Qué diferencia puede haber en que se crea en una forma de iglesia tipo edificio o local físico como lo asumen millones de personas y que entendamos conscientemente que somos iglesia?

La pregunta parecería no ser tan importante como para dedicarle muchas líneas al análisis porque hoy en día, es normal que casi la totalidad del mundo cristianizado admite sin problema que hay iglesias físicas materialmente hablando (y así le llaman al local en donde se reúnen para realizar sus cultos o rituales de tipo religioso) como igualmente también sin problema aceptan que ellos mismos forman parte de la iglesia mística invisible que es el cuerpo de Cristo, es decir, que ellos son iglesia.

La tradición se encargó de hacer lo propio por medio de cantidades casi innumerables de edificios dedicados al culto a Dios o a la divinidad con Catedrales, Basílicas, Templos, Parroquias, a los que les llaman “iglesia”. De igual manera dentro del cristianismo no estatal, también hay multitud de Templos, Catedrales, Centros de reunión, Mega construcciones, Auditorios y demás que de la misma forma son llamados “iglesia” o identificados y hasta rotulados como tal. Tanto para un sector como para el otro,  lugares consagrados a la adoración y el servicio a Dios que son considerados como su casa.

Así que no hay que convencer a nadie de ver la iglesia de una forma o de la otra.

El caso es cuando se  lee “iglesia” en las Escrituras. Según la mayoría, hacen la separación mental automática que permite entender cuando la Palabra habla de la iglesia como un edificio físico o bien de la iglesia como el cuerpo de Cristo, con solo leer el contexto. Con eso resuelven y explican el asunto.

Así por ejemplo asumen que cuando se nombra “la iglesia que está en Jerusalén”  o “las iglesias de Asia”, entre muchos otros pasajes, habla de la iglesia local que habían construido o el local que alquilaban los hermanos de esos lugares para reunirse. Inclusive, -aseveran muchos-, les ponían hasta nombre: por ejemplo "Iglesia de Dios", "Iglesia de Cristo", “El aposento alto” o “Templo la Hermosa”. Sobre esta última designación, muchos insisten en que cuando se nombra “el templo” en Hechos de los apóstoles, se refiere a la iglesia-edificio local físico en que Pedro era el pastor principal y en el cual los creyentes miembros de la primera iglesia se reunían a celebrar sus cultos.

Por otro lado cuando en Hechos dice que la iglesia era perseguida o asolada, se trata del cuerpo místico de Cristo conformado por todos los hermanos que padecían la persecución -dicen- pues como es lógico, no perseguirían un edificio material; por mencionar solo uno de los ejemplos.

Ahora, llama la atención que ¿no era que debían llamar esos edificios edificados “Casa de oración” como dijo Cristo o al menos acuñarlo al nombre que les pondrían? ¡Algo pasó! O entendieron mal las Palabras del Señor o las olvidaron; quizá a la hora de la hora no lo consideraron tan importante, o desobedecieron deliberadamente…(¿?). ¿Cómo una expresión-ordenanza del Señor terminó siendo  ignorada en las supuestas casas del Señor edificadas para congregarse? Le aseguro que nada de eso ocurrió. Evidentemente hay una interpretación errada al querer insistir en locales físicos llamados iglesias en el Nuevo Testamento.

Aún así, muchos cristianos creen que cuando en el Antiguo Testamento y sobre todo en los Salmos se nombra la casa de Dios, de inmediato la imagen mental que viene a ellos es de una iglesia con bancas, púlpitos y altares tipo escenario y equipos de alabanza con todo y ministros. Nada más absurdo, pues lo que los judíos llamaban casa de Dios, ni se parece a lo que hoy las religiones llaman así.

Estos planteamientos que podrían parecer risibles, son la seria forma en que millones interpretan los registros históricos bíblicos porque se los han enseñado así o es -reitero-, la figura que tienen en mente al leer los diferentes pasajes.

Otros más “atrevidos” a sabiendas que no todo debía ser así de acuerdo a como lo asimilaron un tiempo, dicen que los creyentes del Nuevo Testamento se reunían en catacumbas o grutas subterráneas para poder sobrevivir a las persecuciones que se desataban, pero ya fuera en esas condiciones o en tiempos de paz, la iglesia funcionaba bajo la misma estructura jerárquica y organizacional con todo y sus programas, como la iglesia que conocemos hoy en día. Esto no me lo contaron, lo escuché con mis propios oídos.

Pero analizado con objetividad, la verdad es que la biblia plantea solo una manera de iglesia, no dos, ni tres, ni más.

Continuará…