domingo, 13 de marzo de 2016

Se busca iglesia (6º parte)



Se busca iglesia (6º parte)
Escrito autóctono

Continuación…


Otros buscan iglesia tratando de “atrapar” un buen prospecto masculino o femenino para poderse casar y hasta “se convierten y se bautizan” para convencerlos y lograr su objetivo, luego del cual no regresan nunca.

También podría ser de los que se sienten en condena por no ir a ningún lado y buscan acallar su conciencia o la boca de sus acusadores.

Por último puede ser de los que sienten sencilla y llanamente que es necesario congregarse para no ir en contra de la Palabra y solo busca un buen lugar donde hacerlo.

Como quiera que lo vea o sea su motivación -espero con buena intención-, podrá pasar toda su vida en una de esas iglesias, o yendo de una a otra y morir en eso.

De seguro hay más razones, pero el caso es que no se trata de encontrar el mejor lugar o que algún “inteligente muy vivo” de esos que nunca faltan, lo convenza de que finalmente halló la iglesia verdadera.

Si no comprende que lo trascendental no es ir sino ser iglesia, entonces nada se puede hacer.

Pero ¿qué oportunidad tiene entonces?

Se lo digo claramente: no depende de usted, depende de que Dios se la muestre si usted está para ello. ¡Por favor léalo de nuevo!

¡Qué maravilloso y sabio es Dios!, por eso es imprescindible, vital, necesario e ineludible creer en Dios, sin lo cual no se puede quedar expuesto a la iglesia suya que Él diseñó, ni conocerla, ni saber absolutamente nada de ella, ni entenderla. Y ese creer no es un decir, debe ser el genuino que se produce cuando Él se revela, de otra manera no hay nada de nada. (“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6”)

Por eso no piense que lo queremos convencer para llevarlo a una iglesia, o que lo queremos sacar de alguna, o que le pareció entender en algo que leyó no sé en donde porque yo nunca lo he visto, que la iglesia en casas es la verdadera y como se encontró una, encontró la iglesia. Si eso es lo que cree, cree mal. Ni siquiera espere que lo invite a donde me congrego con los hermanos. Ni que porque “se tragó” todo lo que escribimos, usted está listo, no!; nada de esto lo hace a usted iglesia. 

Si Dios no lo fusiona a la iglesia que Él diseñó (el cuerpo de Cristo), por más que cante bonito, o sea fiel asistiendo a un culto, ofrende hasta las joyas, predique lindo; nada de eso lo hace a usted iglesia.

Quizá fue de los que un día levantó la mano “aceptando a Cristo”-dice usted- y al tiempo lo metieron en una piscina y le hicieron un carnet de membrecía a una denominación;... nada de eso lo hace a usted iglesia.

Tal vez además de todo lo dicho, usted es familia de un siervo de Dios, y colabora con la obra del Señor, y ora por los enfermos, y se porta bien, y no le hace mal a nadie. Lo felicito, pero nada de esto lo hace a usted iglesia.

Quizá es de los que ayunan 6 días a la semana, ora más que Jesús, dice salirse de su cuerpo y regresar para testimoniarlo como del Espíritu,… !Eso no lo hace iglesia! Conocí muchos así que eran prácticamente “voz de Dios” entre los hermanos pero unos insoportables y ásperos con ellos y en sus casas el maltrato a los suyos era indecible. Así que “poner los ojos en blanco”, dramatizar un temblor anormal o tic extraño como para que los demás piensen que le está ocurriendo algo sobrenatural o hablar raro para impresionar; nada de eso lo hace a usted iglesia.  

Mire lo que dice este pasaje: (Mateo 7: 22 y 23). ¡Que dura realidad será para ellos!

Como ve, cualquiera puede decir aquí: “¿y entonces… cómo es la cosa?, ¿qué soy finalmente?”.

Interesante; ya no pregunta: “¿Dónde tiene que ir?”

Continuará…