domingo, 24 de abril de 2016

Adán y Jesús (2° Parte)



Adán y Jesús  (2° Parte)
Escrito autóctono

…Continuación:


Las similitudes de Cristo y Adán impresionan y son dignas de una atención muy fina. Esas similitudes permiten la comparación en muchos aspectos pero también definen que cada uno de ellos marcó su descendencia de manera particular por su obra, lo que iremos comprendiendo mientras avanzamos.

Situaciones que experimenta Adán son tan similares a las que experimenta Cristo -sobre todo en aspectos de quién significaría-, que la Palabra de Dios llama a Cristo: el postrer Adán, como leímos. Pero conste que también se le llama: el segundo hombre (1° Corintios 15: 47), más no el segundo Adán sino el último.

Este aparente “juego” de designaciones no pretende confundirnos, pero es de vital importancia comprenderlo. No se trata de que Cristo tuviese la tarea de continuar, ni siquiera mejorar la obra de Adán como para considerarse el segundo en su línea, por eso no se le llama el segundo Adán. Vino a semejanza del primer hombre apareciendo en este mundo en igualdad de condiciones que aquel, siendo ambos hijos directos de Dios, sin pecado, por lo que con justa razón es llamado: “el segundo hombre” (es decir como ellos, no habría nunca más ningún otro hombre).

¿Por qué se le llama “el postrer Adán”? Porque establecería una especie con sus mismos rasgos tal como el primero solo que esta vez una totalmente nueva (una nueva y última creación del que sería el primero de la especie). Y como sería una obra irrepetible y para siempre, no habría necesidad de un tercer Adán, ni un cuarto, ni un quinto. Recordemos que Adán es el primero de su especie en este mundo, Cristo también sería el primero de la suya igualmente (El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Colosenses 1:15) Dicha creación no se refiere a nada ni nadie que Dios hubiese hecho en el principio pues la Palabra establece que Él terminó su obra de creación (Génesis 2: 2 y 3). Y así como Dios no tomó del polvo de la tierra para crear a Eva luego de haber terminado, tampoco requería que lo tuviese que hacer para la que sería compañera de Cristo, La iglesia, pues estaba dentro de Él y aparecería en este mundo muy pronto.

En resumen, Cristo es el segundo Hombre por sus características, pero es el postrer Adán por su descendencia.

También es importante notar que la referencia de Cristo como el último Adán, no sugiere en forma alguna a Adán como el primer Cristo. Adán no es Salvador de nada ni de nadie. Valga recalcarlo porque si bien es cierto que coinciden en muchas cosas, también es cierto que Cristo no es una imitación de Adán ni comprenderemos nada de su obra redentora conociendo a Adán, únicamente que vino a salvar a sus descendientes. El momento del último difiere supremamente al del primero.

Continuará…