Adán y Jesús (2° Parte)
Escrito autóctono
…Continuación:
Las similitudes de Cristo y Adán impresionan y son
dignas de una atención muy fina. Esas similitudes permiten la comparación en
muchos aspectos pero también definen que cada uno de ellos marcó su
descendencia de manera particular por su obra, lo que iremos comprendiendo
mientras avanzamos.
Situaciones que experimenta Adán son tan similares a
las que experimenta Cristo -sobre todo en aspectos de quién significaría-, que
la Palabra de Dios llama a Cristo: el postrer Adán, como leímos. Pero conste
que también se le llama: el segundo hombre (1° Corintios 15: 47), más
no el segundo Adán sino el último.
Este aparente “juego” de designaciones no pretende
confundirnos, pero es de vital importancia comprenderlo. No se trata de que
Cristo tuviese la tarea de continuar, ni siquiera mejorar la obra de Adán como para
considerarse el segundo en su línea, por eso no se le llama el segundo Adán. Vino
a semejanza del primer hombre apareciendo en este mundo en igualdad de
condiciones que aquel, siendo ambos hijos directos de Dios, sin pecado, por lo
que con justa razón es llamado: “el segundo hombre” (es decir como ellos, no
habría nunca más ningún otro hombre).
¿Por qué se le llama “el postrer Adán”? Porque
establecería una especie con sus mismos rasgos tal como el primero solo que esta
vez una totalmente nueva (una nueva y última creación del que sería el primero
de la especie). Y como sería una obra irrepetible y para siempre, no habría
necesidad de un tercer Adán, ni un cuarto, ni un quinto. Recordemos que Adán es
el primero de su especie en este mundo, Cristo también sería el primero de la
suya igualmente (El es la imagen del
Dios invisible, el primogénito de toda creación. Colosenses 1:15) Dicha creación no se refiere a nada ni nadie que
Dios hubiese hecho en el principio pues la Palabra establece que Él terminó su
obra de creación (Génesis 2: 2 y 3).
Y así como Dios no tomó del polvo de la tierra para crear a Eva luego de haber terminado,
tampoco requería que lo tuviese que hacer para la que sería compañera de
Cristo, La iglesia, pues estaba dentro de Él y aparecería en este mundo muy pronto.
En
resumen, Cristo es el segundo Hombre por sus características, pero es el
postrer Adán por su descendencia.
También es importante notar que la referencia de Cristo
como el último Adán, no sugiere en forma alguna a Adán como el primer Cristo.
Adán no es Salvador de nada ni de nadie. Valga recalcarlo porque si bien es
cierto que coinciden en muchas cosas, también es cierto que Cristo no es una
imitación de Adán ni comprenderemos nada de su obra redentora conociendo a Adán,
únicamente que vino a salvar a sus descendientes. El momento del último difiere
supremamente al del primero.
Continuará…