Adán y Jesús (18° Parte)
Escrito autóctono
…Continuación:
Adán y Cristo sufren la penalidad del amor. Cristo
como Adán, caballerosamente se entrega por amor para llevar en Él el castigo
por el pecado. En Adán comienza la era del pecado y de la muerte, Cristo puso
fin al reinado del pecado y venció la muerte trayéndonos la Vida (1° Corintios 15: 21 y 22). Adán se
enamoró perdidamente de Eva hasta dar su vida por ella, Cristo se enamoró
perdidamente de su iglesia hasta el punto de entregarse y dar la suya por ella
(Efesios 5: 25).
A través de sus poco más de novecientos años de vida, Adán
pudo conocer mujeres sumamente hermosas entre sus descendientes, pero nunca
hubo otra mujer en su vida. Eva llenó su corazón siempre. Cristo miró a la
iglesia y se conservó toda su vida para ella. Dios la extrajo de Él y la vio
manifestarse en este mundo. Desde entonces anhela con todo su corazón unirse
con ella para siempre. No tiene ni tuvo ojos para nadie más, solo para ella. Y
ella lo ama solo a Él.
Cualquiera doctrina o filosofía moderna que plantee a
Cristo enamorado de otra mujer o supuestamente relacionándose con otra que no
sea la iglesia, es por demás diabólica, estúpida e ignorante de este Romance de
los siglos claramente planteado en la Palabra de Dios.
Eva potenció a Adán permitiéndole descendencia de su
misma especie. La iglesia que es del mismo género que Cristo, le potencia a Él
con una descendencia como es Él pues lo complementa a Él así como Adán fue
complementado por Eva para generar la humanidad.
Cristo como humano sin pecado y poseedor de la semilla
de Dios, es una nueva especie que no se parece a Adán, es esencialmente
diferente pues es una especie sin pecado. Él nunca manchó su esencia. Ella genera
una nueva creación de la cual Él es el primer exponente por lo que se le llama el
primogénito de toda creación (Colosenses
1: 15); no refiriéndose a la creación de Dios como si Él fuese parte de esa
creación como sí lo fue el hombre, sino a todos cuantos han sido creados en Él
y por lo tanto poseen esa misma genética la cual no es terrenal sino celestial.
Estos son la iglesia.
Decir que esta nueva creación es la iglesia, no me lo
invento. Está en Romanos 8: 29 “Porque a los que antes conoció,
también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” y 2° Corintios 5: 17 “De modo que si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas.” Es lo que realmente resalta y vale ahora en
Cristo tal como lo dice Gálatas 6: 15
“Porque en Cristo Jesús ni la
circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.”
Por eso la iglesia no tiene compatibilidad con este mundo
porque este mundo no es Cristo ni tiene nada que ver con Él. La iglesia ni se
debe a este mundo ni este mundo sabe explicarla porque ella no salió del mundo,
salió de Cristo. El mundo no puede conocerla, ni entenderla, ni relacionarse
con ella porque son diferentes especies. Así como Eva o Adán no podían generar
especie con otros seres vivos por su total incompatibilidad, la iglesia nada
tiene que ver con este mundo con quien tampoco es compatible. Es eterna, de
otra dimensión, y además tiene dueño. Él la sabe cuidar y defender porque es
parte de su esencia. Vérselas con ella es vérselas con Cristo. Pensar mal de
ella es pensar mal de Cristo. Querer dañarla es afrentar a Cristo y enfrentarlo
a Él es algo que nadie inteligente quisiera tener entre manos.
Continuará…