domingo, 7 de agosto de 2016

Adán y Jesús (17° Parte)


Adán y Jesús  (17° Parte)
Escrito autóctono

…Continuación:
 

Adán y Eva no deciden tener una carga, la obtuvieron como resultado justo a su proceder y como le ocurrió a ellos también a todos nosotros, más el amor de Dios continuó para con ellos a pesar de su pecado así como para con nosotros a pesar del nuestro.

Dios continúa anhelando que el hombre decida optar por la Vida mientras está en esta vida, pero no lo obliga en ninguna forma como tampoco obligó a Adán y Eva a ser santos y a amarlo, negándoles la posibilidad de pecar de no haber puesto en medio del huerto del Edén el árbol del conocimiento del bien y del mal.

Quiero insistir en esto: esta bondad de Dios de permitirle escoger es una prueba más de su amor para con nosotros y responde a las preguntas que millones continúan haciéndose sobre el estado actual de depravación del mundo. “¿Por qué hay tanta injusticia? ¿Acaso Dios no puede hacer nada frente a tanta maldad? ¿Cómo puede Dios permitir tanta crueldad y perversidad?”

Son hasta necias las preguntas. La respuesta es clara y contundente: Que Dios tiene el poder de extirpar la maldad de raíz no le quepa la menor duda, pero no nos hizo máquinas para manipularnos y programarnos a su antojo, nos dio raciocinio y voluntad para escoger. Es clara su consideración y respeto a nuestra decisión. Cuartar nuestra voluntad va en contra de su Esencia como Dios Justo y de cómo nos hizo. Eso lo convertiría en el mayor de los tiranos y el más grande injusto.

Mirando nuestra condición, llegó con toda justicia hasta donde podía llegar proveyéndonos las herramientas para que pudiésemos cambiar, que decidiéramos lo que mejor nos pareciera fuese bueno o malo. Entonces al final cada cual recibirá el fruto de su escogencia por su propia decisión y no porque Dios le obligara a nada.  (“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” Deuteronomio 30:19)

Pero es una decisión que tiene que tomar cada uno aquí, no en ninguna otra parte. Nadie puede tomarla por usted.

¿Por qué, optar por la vida que Dios nos ofrece es una decisión que hemos de tomar en esta vida terrenal solamente? Porque es en esta vida terrenal que pecamos y aquí es donde perdimos el derecho de vivir. ¿Por qué es un asunto personal? Porque cada uno de nosotros pecó con libre albedrío y el pecar nos mató.

Adán y Eva conocieron bien al Dios Juez justo que aplicaba el veredicto pero también al Dios Padre que los continuaba amando pues a pesar de haber sido echados de su Presencia, Él no les abandona aportándoles Redención. Ellos optan también por seguir amándolo. Creen en la obra de Redención que Él les muestra la cual es Cristo y por ella reciben la Vida eterna, más no pueden obligar a sus descendientes a creer en ella. Únicamente pueden enseñársela pero al final cada cual decidirá su propio camino. Abel lo supo y la tomó, Caín también pero la rechazó.


Continuará…