Una Nueva Forma
para vivir (12° y última parte)
Escrito Autóctono
Continuación…
El
apóstol Pablo… ¿Quién podría dudar de su llamado? ¿Quién de sus contemporáneos
igualó su obra y aporte a la iglesia del Señor que todavía 2000 años después
continúa hallando en su ejemplo y aporte uno que es prácticamente insuperable
aunque hoy contamos con medios de trasportes modernos y posibilidades tan
favorables para compartir el evangelio. Y todavía hoy siguen resonando las
palabras de uno de los más sufridos de los apóstoles entregado totalmente y de
lleno a favor de aquel que le llamó y por quien gustoso dio hasta su vida.
Creer
que podremos acceder a las cosas de Dios y comprender su revelación como hacer
un chasquido con los dedos, nos pasa una cara factura.
Se
requiere morir, se requiere sacrificio, se requiere inclusive hasta quedarse
solo, es imprescindible tocar fondo y empezar de cero aunque se crea saberlo
todo o haberlo alcanzado todo. Nada sucederá ni siquiera porque nos lo
propongamos. Sucede porque Dios lo quiere. Sucede cuando Él lo decide. Sucede
con quien Él quiera.
Va
más allá de solo ser convencido a arrepentirse o levantar la mano en señal de
aceptación. Ni siquiera porque lo zambullan en una pila. Va más allá de
quemarse las pestañas con los originales escritos sagrados. Supera aún al que
entregue su vida a cambio.
Nadie,
ninguno de los discípulos lo pidió ni lo buscaba; fueron llamados.
Así
mismo cientos que escucharon el poderoso mensaje. Solo aquellos ordenados para
salvación lo recibieron pues sus corazones fueron abiertos y experimentaron
cambiar de dirección en sus existencias. Nacieron de nuevo no a un movimiento
sino a una nueva dimensión.
La
misericordia y bondad de Dios son los responsables de que seamos acercados a Él
pues no es del que corre ni del que quiere sino del Señor que tiene
misericordia. (Romanos 9: 16).
No
estoy hablando de la salvación esencial que permanece abierta para todos los
que por voluntad propia opten por ella creyendo, pues dicho llamado al
arrepentimiento es para todo ser humano.
Pero
de esto tan maravilloso y ser enseñados en las doctrinas de la Palabra a ir un
paso más allá para conocer lo profundo de Dios, sí que hay diferencia.
Oro
al Señor porque seamos considerados para estar entre los candidatos de su
revelación más profunda. Amén
Aunque
este estudio finaliza aquí, continuaremos la próxima semana con una nueva serie
que se correlaciona con esta, denominada: “Tras la Presencia de Dios”.
Fin