La prueba de la Verdad
(4° parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Quizá usted es de los que
no paran de buscar y buscar, de los que prestan sus oídos para escuchar
cualquier cosa por si acaso se perdieron de algo, de los que pondrían poner en
tela de juicio por una u otra razón hasta su creencia, de los que no se sienten
seguros si verdaderamente están en la verdad o no. O también podría ser de los que finalmente
están convencidos de lo que creen pero no dan crédito a todo en su creer.
¿Sabe cuántos viven así?
Miles de millones. Y ha sido así por siglos. Van y vienen generaciones y la
condición es exactamente la misma. Se repite una y otra vez. Como un círculo
vicioso sin fin.
Es una intensa búsqueda que
se gesta desde que se tiene memoria. El hombre continúa preguntándose,
cuestionándose, y algunos, al llegar al
final de su vida, no están seguros de si hallaron o no la Verdad y parten a la
eternidad sin tener claro aún qué les espera. Muchos inclusive dieron su vida
por una mentira.
Los hay por montones y
hasta en las iglesias fungiendo como líderes de ellas o ministros destacados.
Corren como hambrientos y
sedientos de que alguien les diga algo nuevo, algo revelador, algo profundo,
algo que se salga de todos los parámetros conocidos. Corren en la búsqueda de
experiencias sobrenaturales y si las hayan, mueren por ello.
A otros ni les importa,
total la vida sigue su ritmo. No es tema que les angustie porque para ellos no
hay problema de nada. Sus padres les legaron costumbres, creencias, tradiciones
y eso basta. Sin complicaciones de ninguna índole. Solo cumplir rutinaria y fielmente
como lo han hecho toda la vida de generación en generación y pare de contar. Al
fin y al cabo tantos por siglos viviendo de la misma manera, jamás podrían
estar equivocados. La vida les viene como les toque y su situación no cambiará
en lo absoluto. Tal como llegaron a esta
existencia, partirán de ella.
Y las Palabras de Cristo
allí, disponibles para ser comprendidas, pero totalmente ignoradas.
Continuará…