La prueba de la Verdad
(2° parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Más desde ya le aclaro,
no se trata solo del hecho de hacer bien al prójimo lo que debería ser una
norma humana en procura de una vida solidaria, armoniosa y constructiva, se
trata de amar desde la perspectiva y en relación al amor de Dios, el conocimiento
de Él que es muy diferente a cualquier amor que pudiéramos comprender fuera de
Él.
Tanto así que finalmente
si usted ya pasó por todo, ya conoce todo, ya comprendió todo, ya lo dio todo,
ya logró lo que nadie; sencillamente no teniendo este único y elemental sentimiento
de manera genuina en usted, de nada le ha valido; perdió todo su tiempo.
¿Cuánto más pasará para que caigamos en razón
y nos dejemos de fábulas? ¿Se nos irá la vida acaso? ¿No habrá nadie que nos lo
pueda decir tan directo y concreto como necesitamos oírlo?
¿Seguiremos así, haciendo
eco a todo y todos, sin percatarnos de que nadie podrá hacer nada por nosotros cuando
nos toque comparecer ante el Señor? Él
ya no fungirá allí como abogado, será el Juez.
Estaremos solos,
totalmente solos, teniendo que responder el por qué cerramos nuestros oídos a
sus Palabras. Nadie, en toda la existencia, podrá defendernos ni excusarnos.
Solos estaremos, con todas las pruebas a nuestro favor o en nuestra contra. Sus
acciones en Él lo delatarán o le
librarán ¿Se atreverá alguno si quiera a pensar en su inocencia habiendo
ignorado algo tan contundentemente definido en la Palabra?
Todo, absolutamente todo
lo que usted significa, será probado por fuego allí. ¿Qué quedará?
No habrá lugar para ningún
argumento sea cuál sea. Solo una cosa pasará la prueba de fuego: amor.
Continuará…