domingo, 24 de septiembre de 2017

La prueba de la Verdad (1° parte)

La prueba de la Verdad (1° parte)
Escrito autóctono

“…el que aborrece a su hermano…” 1° Juan 2: 11 y 3: 15

Desde ya hago de su conocimiento que estos serán los únicos pasajes bíblicos que usted verá en el transcurso de este escrito y únicamente aquí en el inicio nada más. Todos los que podría utilizar, los compilo al cierre del tema, por si alguien necesita comprobar lo que quiera.

Lo hago por una simple razón: usted debería comprender sin más ni más lo que voy a decirle porque parto del hecho que conoce la Palabra. Si no, al final puede actualizarse con los pasajes.

Dicho esto… comienzo.

AMOR, característica de los hijos de luz. Distintivo de quienes conocen realmente a Dios. Particularidad irrefutable de los salvos. Peculiaridad definitiva de los que sí son en contraste de los que no. Singularidad de los escogidos. Típico de quienes siguen al Maestro. Propio de sus discípulos. Señal inequívoca de los redimidos. Atributo principal de los creyentes. Marca indeleble de los santos. Concerniente a quienes transitan el Camino angosto.  Implícito de la iglesia comprada con sangre. Signo de quienes caminan en la verdad.

No existe nada más. Usted diferenciará los que aman de entre todos los demás mortales absolutamente.

No importa qué crea o a qué filosofías se haya adherido, qué costumbres haya incorporado a su vida a partir de ellas, cuánto ha aprendido, cómo visiona su realidad en Dios, qué hace o no hace para Él, cuán bueno o apto se sienta, inclusive cuánto esfuerzo o dinero ha puesto por su fe, cuánto trabajo haya invertido, cuánto sacrificio.

Lo cierto del caso es que todo se resume en esta sola y única posesión: amor. Es todo. Se tiene o no se tiene.

Continuará…