domingo, 9 de septiembre de 2018

La deserción cristiana (7° parte)


La deserción cristiana (7° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

No me interesa en lo más mínimo cristianos “autosuficientes” que ya encontraron una zona de confort ideal según ellos en donde no necesitan de nadie, a quienes no les importan ni siquiera otros hermanos, de hecho, ni quieren saber de otros hermanos porque para ellos es mejor no complicarse la vida con ninguno de ellos. Desde su perdida y errada óptica, no los necesitan. Me pregunto… ¿sabrán qué se encontrarán en el cielo si es que llegan?

El Señor dijo claramente: “mis ovejas oyen mi voz” en otras palabras, que al redil llegamos porque nos habló y lo oímos, Él es ahora nuestro amo, pero se trata de un redil en donde he de socializar con otros como yo pues no fui traído a un encierro solo. No vinimos a oír a hombres sino al Pastor. Continúa el pasaje diciendo “y yo las conozco”: si soy de Él soy conocido por Él y eso de alguna forma hace que nos entendamos y Él tiene cuidado de mí; y por último “y me siguen”: por lo visto muchos terminaron mal porque no lo siguieron a Él. He entendido que Él tiene relación con los suyos sin importar a qué lugar del sistema llegaron. Hay corazones humildes por todas partes que son hallados por Él y lo encuentran. Si usted terminó con problemas en su paso por esas iglesias, seguro estuvo muy ocupado oyendo y haciendo cosas para otros y para denominaciones y visiones raras y no aprendiendo a depender solo de Cristo.

Bueno, es que en la mayoría de esos lugares no nos enseñan a depender solo de Cristo lamentablemente. Pero eso no niega el hecho de una convicción genuina de quién es Señor en la vida. Los que son del Señor saben que lo son y se comportan como tal aunque hayan sido “paridos” en cualquier parte y no en alguno de condiciones al menos aceptables o normales.

Por eso lo he dicho aquí y le he respondido con total franqueza a algunos que nos leen que nos han escrito: No estamos reclutando cristianos. No estamos mostrando un show interesados en que vengan a vernos. No estamos promoviendo nuestras reuniones para tener más gente por las casas. No estamos interesados en saber donde hay más casas con el fin de mandarles gente. No estamos ni siquiera interesados en saber cuántas casas existen porque no nos concierne, ellas son del Señor y punto. Si me llego a enterar de algunos sitios en que hay hermanos congregándose por las casas -y me entero porque algunos me contactan- me gozo de ello y sobremanera de ver lo que el Señor está haciendo, pero no los expongo.

Continuará…