La Voluntad de Dios para mi vida (14°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Cristo es el principio del fin del linaje
humano actual pues él es el primero de una nueva especie que es la que Dios
tenía en mente. Recordemos que él es el primogénito de toda creación, el
primero entre muchos (Colosenses 1: 15; Romanos
8: 29).
Pero sigamos con Noé. Dios entre todos los
hombres solo ve a uno. Uno que sabido de la ley de Dios vive por ella por lo
que es justo y temeroso de Él. Sencillamente
vive una vida diferente al resto. No se pervierte. Su decisión personal fue temer
a Dios y vivir según sus preceptos. Entonces Dios que le conoce evidentemente,
un día le comunica lo que hará y su Voluntad de salvarlo así como a una pareja
de cada especie de animales. Noé todo lo que hace es obedecer sin cuestionar
nada y por su fe también se vieron beneficiados su esposa, tres hijos y las
esposas de estos.
Note: ¿acaso Noé andaba buscando alguna
Voluntad de Dios para su vida? ¡No! Sin proponérselo como tal la estaba
viviendo porque vive en el temor de Dios. Pero la Voluntad eterna de Dios de
destruir la tierra por agua lo alcanza en lo que se manifestaría pronto (el
diluvio) y él obedeció. ¿Fácil?, en ninguna forma. No nos dice la biblia que
fuera dueño de un bosque o un aserradero. Dios lo pone a construir un gran
cajón, no un “balquito” como dirían nuestros queridísimos hermanos puertorriqueños.
Algo rarísimo por cierto en una zona en que ni siquiera había un lago. Tampoco
nos dice la biblia que fuera un marinero retirado (risas). Piense por un momento
en el precio elevado y el trabajo titánico para hacer una gran bodega-edifico
de madera sin fundamentos en la tierra. De hecho tenía que ser un hombre con
ciertas condiciones económicas favorables pero en términos generales se deshizo
de todo, porque finalmente nada de lo que tenía (una casa), o propiedades o
quizá ganado las podría llevar consigo.
Si seguimos su historia, a él no se le ve
nunca buscando u orando para conocer la Voluntad de Dios para su vida, ni
antes, ni durante su estancia dentro del arca, ni después. No sabía cuánto
tiempo estaría a la deriva, no sabía a dónde iría a parar. En un momento dado
hizo algo que quizá usted o yo haríamos en las mismas circunstancias: enviar
unas aves para averiguar si al menos las aguas habían comenzado a bajar. Era
solo información porque nada podría decidir con eso. Aquel cajón flotante
denominado arca, no tenía timón para poder guiarlo hacia ninguna parte, no
tenía velas para que el viento lo empujara, no tenía motor ni remos para impulsarlo
a algún lado que hubiese querido. Estuvo allí por prácticamente un año, pero
nunca le pregunto a Dios acerca de su Voluntad para él o su familia. Estaba
literalmente en medio de la nada a la Voluntad de Dios o como solemos decir: a
la mano de Dios. Y Dios lo guardó, lo llevó a un lugar en que encallara y pudo
ver de nuevo el mundo. Lo siguiente que hace es agradecer y Dios le da a él y a
sus hijos una nueva tarea: llenar la tierra. Y créame que obedeció. No se sabe demasiado
más de Noé. Fue llamado a participar de la Voluntad de Dios, opera en ella y
por eso los humanos continuamos en esta tierra hasta el día de hoy.
Continuará…