domingo, 30 de junio de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (13° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (13° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Entonces si hay personas en este mundo que deberían tener clara su Voluntad son sin duda alguna sus hijos pues estos la saben reconocer y se someten a vivir por y en ella. Ellos son ejemplo al mundo.

Y es que a decir verdad y como comprobará usted mismo mientras lee lo que quiero compartirle, no alinearlos a su Voluntad va en nuestro propio detrimento lo que de por sí ya es serio, pero también… ¡cómo le causamos males a los demás y a todo lo que nos rodea cuando no la seguimos!

Entonces ¿cuál es nuestro rol en la corriente inalterable de la Voluntad perfecta y eterna de Dios?

De eso vamos a hablar a continuación.

Veamos por ejemplo como muchos que se comparan a sí mismos con los grandes hombres y mujeres de la Palabra convencidos de que la participación determinante en la historia de aquellos se debió a que estuvieron entendidos de una disque Voluntad de Dios para sus vidas, piensan que esa fue precisamente la razón por la que Dios les usó. Le digo que aunque usted no lo crea, ni el mismo Señor. Él no vino a conocer la Voluntad de Dios para su vida en este mundo, ni siquiera a rogar para que se le revelara una expresa para Él. De ninguna manera. ¡Él ya la sabía y procedió en su fluir! Ampliaré más sobre Cristo en su momento un poco más adelante.

Pero analicemos a lo largo de las Escrituras lo que sucedió con esos grandes hombres y mujeres. Comencemos con Noé.

Noé, un hombre excepcional de su época. No lo conoceríamos si en la Voluntad de Dios no fungía ya desde la eternidad que Él destruiría la tierra por agua un día; ¡claro! porque la humanidad se corrompería.

Cuando la Escritura nos dice que a Dios le pesó haber hecho al hombre, no nos engañemos pensando que la maldad del hombre tomó a Dios por sorpresa. ¡Claro que no! Ya Él sabía lo que ocurriría por cuanto inmoló al Cordero antes de todas las cosas. Esta expresión está allí para revelarnos que el hombre como lo conocemos estará de paso en esta existencia y en este ámbito o dimensión. No era ni es el hombre su finalidad sino Cristo. La raza humana en su forma actual desaparecerá para siempre. Ya lo decretó Dios.

Continuará…