domingo, 12 de julio de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 2)


El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 2)

Continuación…

Le diré claro ya mismo y sin rodeos: El que los gobiernos humanos funcionen con la autoridad definida como un sistema jerárquico de poderes y control, es un asunto diríamos que normal, pero en definitiva tremendamente dañino. Más el punto preponderante al menos en este momento no es ese; nuestra alerta es: si la iglesia debía funcionar así.

Le muestro la peligrosa conclusión a la que llegué: si usted acepta como normal que la iglesia sea una organización con un gobierno jerárquico leve o bien enmarcado -independientemente del tipo de jerarquía o sistema que luzca-, ¡usted vive peligrosamente expuesto a un colapso de proporciones catastróficas en su familia! ¿¿¿¿????.

“¡¡¡WHAT!!!”… diría un querido hermano estadounidense con los ojos bien grandes.

¿Qué situación allá pone en serio peligro nuestro entorno inmediato?

Prosiga y comprenderá la afirmación.

Bien; el que la iglesia a través de los siglos haya adoptado la forma de gobierno jerárquico en que hay unos con poder sobre otros, tiene su génesis no en Dios ni en su forma de gobierno, sino en una figura sistemática desvirtuada y caída, una forma de autoridad deformada.

¿Dónde nacieron las jerarquías de unos sobre otros para gobernar, como ocurre en todas partes?

¡En el cielo!

¿¿¿¿????

Pero ¿no acabo de afirmar que la forma de gobierno jerárquico que nos es común, propicia un daño inminente y entonces no debería ser del cielo?

No me contradigo, le explico.

Continuará…