El daño nefando que asesta la mala percepción de la
autoridad (Parte 1)
Escrito autóctono
Para comenzar,
es vital, sumamente vital comprender bajo qué tipo de gobierno funcionamos como
iglesia.
Aclaro… este no
es un tema político.
El caso es que por
no estar seguros o por no revisarlo a profundidad por años, nos ha hecho caminar
por donde no debíamos y eso ha sido letal. Tan letal que ni imaginamos cuánto y
hasta dónde ha causado destrucción el sistema en el que fuimos programados por
el pecado. Y aunque hemos sido hechos libres de ese régimen, parece que no
somos conscientes de retomar nuestra libertad en toda su extensión y
continuamos también ahora su juego. Sólo vemos sus resultados y quedamos
impresionados de cómo lo permitimos. Tarde lamentablemente para muchos.
Analizando los
alcances de la mala forma en que comprendemos y hemos aplicado el concepto de
la autoridad históricamente en todos los niveles dígase gobierno, instituciones,
empresas y hasta en la misma iglesia (parece mentira), es increíble todo el perjuicio
que nos hemos acarreado aún como sociedad.
Decir esto no
significa que vamos a revelarnos y a deshacernos de toda forma de autoridad tal
como la conocemos la cual se aplica en todo lo que conocemos porque lógicamente
no será la manera de Dios de eliminar dicho sistema y no se trata de eso. Digamos
que es un mal necesario dentro de todo el propósito eterno de Dios que Él mismo
terminará a su tiempo por lo que el mundo y hasta la iglesia en general como la
conocemos, continuarán funcionando como lo hacen y eso debe seguir siendo así.
Entonces si no
podemos hacer nada respecto a ello… ¿por qué escribo?
Bien,
recientemente, aunque llevo años hablando de la iglesia y abordando temas de
familia, lo vi y me impacté de lo seria que realmente es la afección.
Es como el
cáncer que se sabe que está porque ha sido diagnosticado pero que deja perplejos
a los médicos por el grado de destrucción interno perpetrado por él una vez que
abren y se cercioran del daño en el interior de un cuerpo.
Continuará…