domingo, 18 de julio de 2021

Conversando con los pecadores 3°Parte

Conversando con los pecadores 3°Parte

Continuación

1-    Comencemos por desechar formas “Juan el Bautista” de evangelizar para no acabar sin cabeza.

Sinceramente no somos Juan el Bautista, ni tenemos su llamado ministerial ni profético, ni requerimos ya abrirle brecha al Señor como para seguir al pie de la letra sus formas. De lo contrario cambie su menú por langostas y miel silvestre y vístase de pieles. Interesantemente el Señor mismo dijo que él sería el último de su línea (Lucas 16: 16) y por lo que vemos en la Palabra, tampoco su forma de bautizar continuó. Así que Juan el Bautista no ha de ser nuestro modelo.


2-    Testifiquemos con nuestra vida.

Si deseamos un modelo ya lo tenemos… es Cristo.

Por ello ¡qué importante es el ejemplo de vida!, tal como Cristo lo fue para alcanzar al perdido. Nada más comprender su forma de vida para saber que hasta sus enemigos no tenían nada malo que decir de él ni inculparle de pecado por mucho que se esforzaran.

 

3-    Ubiquémonos

Debemos de caer en cuenta que no somos lo santos que el Señor fue en este mundo como para tomar erróneamente una posición de falsa integridad y santidad que cree tener derecho de señalar al pecador y hacerlo sentir “el vil de la existencia”. Conste que el Señor que sí fue santo de verdad, no hizo tal cosa.

Esto lamentablemente lo aprendimos mal, porque hemos actuado como si nosotros estuviésemos limpios eternamente y sin pecado nunca más, y los demás son los que tienen un problema serio; pero nosotros jamás. Hemos comprendido mal la justificación que efectivamente tiene proporciones eternas en nosotros, porque Dios perdonó nuestra vida pecaminosa que vivimos en el pasado y puede continuar perdonándonos por nuestros pecados presentes y faltas futuras cuando procedemos a arrepentirnos de corazón. Hemos olvidado el versículo que dice que nadie tenga mayor concepto de sí que el que debe tener (Romanos 12: 3) haciendo referencia por supuesto a no pensar que los demás seres son de menor categoría y por lo tanto menos privilegiados.

continuará