Las “tres partes” del hombre 3° Parte
Continuación…
Se ha dicho que lo
aparentemente tripartito del hombre es avalado por la Escritura pues Dios lo es
y nos hizo a su imagen y semejanza, pero igualmente podemos decir que Dios es
Dios y no hizo de nosotros pequeños dioses. Su trino divinidad no nos habla en
ninguna forma de partes sino de manifestaciones como el Padre Eterno, como el
Verbo Hijo venido a la tierra y como el Santo Espíritu Consolador.
Ser Trino Dios no nos dice absolutamente nada de cómo está Él conformado. Por lo tanto, no somos nosotros lo mismo o similar nada más que en pequeña escala.
Que seamos relacionados a tres conceptos y que Él sea Trino Dios Creador nuestro no nos dice nada más allá de lo que nosotros queramos interpretar y lejos de todo lo que sí establece claramente la Palabra. Por lo que esa posición no debe de tomarse como sólida ni debe ser doctrinal.
Pasemos al análisis:
Conforme nos lo describe Génesis, el aliento de Dios dio espíritu a la figura de arcilla moldeada por sus manos y ese espíritu le posibilitó vivir, ya que en el espíritu está la vida que le convierte en un ser vivo (Génesis 2: 7; 7: 15 y 22; 25: 8; 35: 29; Santiago 2: 26 y Apocalipsis 11: 11). Así que todo ser humano cuenta con ese préstamo precioso de la vida gracias al espíritu que le dio Dios.
Muchos consideran a la vida un regalo o don en este mundo sin embargo no lo es, es tan solo un préstamo como hemos dicho que un día se irá y volverá a aquel que la dio (Job 34: 14 y 15; Salmo 36: 9; Eclesiastés 12: 7; Lucas 23: 46), no la podemos retener, asir ni manipular por nuestra propia cuenta (Eclesiastés 8: 8).
Habiéndolo tomado del polvo de la tierra, en las manos de Dios lo que una vez fuera una figura de arcilla, vino a ser carne, huesos, y sistemas capaces de funcionar que requirieron vida para tal fin y además un individuo a quien se le preparó ese cuerpo para que lo utilizara.
Continuará…