domingo, 24 de octubre de 2021

Las “tres partes” del hombre 5° Parte

Las “tres partes” del hombre  5° Parte

Continuación…

Hay una expresión en la biblia que dice que estamos vivos para Dios (Rom. 6: 11), lo que define por lógica un estado en que podríamos también estar muertos para Él (“…deja que los muertos entierren a sus muertos” Mateo 8: 22) o por decirlo de otra forma, desconectados de Él. Eso es precisamente lo que un espíritu totalmente funcional dentro de nosotros nos facilita el cual siendo vivificado cuando nos arrepentimos es impregnado de Vida por el Espíritu Santo del cual proviene y es su fuente.

Interesantemente note como la Palabra al decir que estábamos muertos en delitos y pecados (que veremos más adelante) es precisamente la muerte instantánea que se dio en el hombre cuando pecó en Edén al principio pero esta no tiene relación con las dos muertes que sí experimentará el hombre en sí mismo (la del cuerpo que habita y la del alma si se pierde por siempre) que son las dos muertes de las que habla la Palabra que conciernen al hombre propiamente.

¿Por qué la del espíritu no está contabilizada como muerte del hombre entonces? Porque la del espíritu es inconexión o separación de Dios, que a todas luces le afecta en la funcionalidad integral que el humano necesita. Y como el espíritu no es el hombre por eso la Palabra no la incluye como muerte específica de él. Para Dios esa disfuncionalidad espiritual es una especie de separación igualmente que sufre el ser humano de la Vida y por lo tanto es una forma de muerte aunque el hombre continúe viviendo. Adán no murió físicamente, pero en definitiva “murió” espiritualmente al pecar.

Comprendiendo esto, es simple concluir que no somos ni el cuerpo el cual es un “estuche” en el que vivimos, ni el espíritu el cual nos fue dado por Dios.

Entonces por deducción lógica somos el alma. Note una clave importante que nos brinda la Palabra: el Señor no vino a salvar espíritus ni cuerpos, ¡vino a salvar almas! (Lucas 9: 56, 1° Pedro 1: 9, Santiago 1: 21)

El alma entonces es el hombre mismo quien habita un cuerpo temporal físico que miramos. El alma es la esencia que le hace un individuo en este mundo, su ser o “yo” verdadero, su identidad.

Continuará…