domingo, 13 de febrero de 2022

Las “tres partes” del hombre 21° Parte

Las “tres partes” del hombre  21° Parte

Continuación…

Por ejemplo el Señor dijo que seremos como los ángeles del cielo (valga resaltar “como” para entender claramente que no seremos ni nos transformaremos en ángeles tampoco, ni espíritus como lo son ellos). Los ángeles entre otras cosas pueden ver, hablar y tratar con Dios cara a cara por ser espíritus y además tienen la capacidad de materializarse en un cuerpo y ser vistos, palpados y teniendo funciones similares a las nuestras en esta dimensión. Este cuerpo espiritual mencionado en el pasaje, será un cuerpo glorificado, santo, indestructible y eterno, no sangre y carne de esta dimensión que no pueden heredar el reino de Dios (1° Cor. 15: 50).

Un cuerpo semejante al cuerpo que tuvo Cristo. El cuerpo con el que ascendió y se le verá regresar. Un cuerpo glorificado.

Si bien hay basta información aportada por la Palabra que nos permite tener una noción bastante amplia acerca de este cuerpo espiritual, yo diría toda la que en realidad necesitamos, también hay misterios acerca de él que se manifestarán hasta la resurrección porque serán de uso eterno y sobre eso Dios nos reserva cosas maravillosas.

Lo que sí es un hecho según la información que nos brinda la Palabra, nuestra alma (nosotros) vinimos junto con el espíritu de vida de Dios a habitar un cuerpo a este mundo cuando fuimos engendrados, pero en la vida que nos espera, no es que nuestra alma (nosotros) sea convertida en espíritu, tampoco que pasemos a habitar un espíritu con cuerpo, sino que entraremos a poseer un cuerpo espiritual.

Pasemos ahora a analizar Hebreos 12: 22 y 23: “sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.

Nótese en este pasaje con toda sinceridad que no está hablando de visitar una reunión de espíritus de justos, -por cierto y digno de resaltar-… sino que nos hemos acercado a esa condición de justos cuyos espíritus han sido perfeccionados.

¿A dónde -pregunto- fue perfeccionado este espíritu? En la tierra por supuesto.

Continuará…