domingo, 20 de febrero de 2022

Las “tres partes” del hombre 22° Parte

Las “tres partes” del hombre  22° Parte

Continuación…

Entonces no hay la tal actividad de espíritus en los cielos como si en alguna forma los justos “convertidos en espíritus” están en una junta allí. No vemos por ninguna parte una asamblea de espíritus que estuvieron en los justos o justos convertidos en espíritus en el cielo.

En otras palabras estamos participando o participaremos de cada una de las bendiciones mencionadas en el pasaje… (del Monte de Sión, de la ciudad del Dios Vivo, de la Jerusalén la celestial, de la compañía de millares de ángeles, de la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, de Dios el Juez de todos, de justos cuyos espíritus fueron hechos perfectos).

Recordemos que el Señor siempre nos solicitó la perfección. “Sed perfectos” (Mateo 5: 48) que tiene que ver con la santidad es decir, una vida renovada en el espíritu cuyas obras están afines a la Voluntad de Dios, porque sin santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12: 14).

Está claro, ¿no es cierto?

Vayamos a continuación a Juan 3: 6 lo que es nacido de la carne, carne es, lo que es nacido del Espíritu (del Espíritu de Dios), espíritu es”.

Bien, tradicionalmente este pasaje es interpretado de que lo que es nacido de la carne (cualquier ser humano) es carne y por lo consiguiente lo que es nacido del Espíritu de Dios (cualquier creyente) es espíritu. Pero si somos honestos con la lectura, ella no se refiere a personas sino a cosas. Note la expresión “lo que es nacido de…” y no “quien es nacido de…”. Esto nos insta a meditar.

Pero veamos que esta explicación podría refutarse desde ya por cualquiera con aquella expresión similar en que el ángel dijo a José que lo que en María se gestaba era del Espíritu Santo. Sabemos que no se refería a una cosa sino a Cristo; pero si profundizamos en la expresión y lo comprendemos dentro del contexto de toda la Escritura, expresamente el ángel estaba hablando de una nueva especie (una nueva creación) cuyo primer referente era el Señor.

Se está refiriendo a una nueva obra creativa (no Cristo como tal por supuesto pues él no fue creado sino a las condiciones verdaderamente particulares en que este cuerpo que habitaría el Señor era gestado como ningún otro ser humano nunca antes ni nunca después). En Cristo, se está dando lugar en esta dimensión a lo nuevo, una nueva estirpe que la Palabra de Dios denomina como los primogénitos, todos aquellos creados en y a partir de Él. (2° Cor. 5: 17; Gálatas 6: 15; Hebreos 12: 23)

Continuará…