domingo, 19 de junio de 2022

Las “tres partes” del hombre 39° Parte

Las “tres partes” del hombre 39° Parte

Continuación…

Dios definitivamente no enviaría ningún alma a un sitio tan horrible por su propia cuenta, pero la locura del hombre excede al conocimiento que su Creador le ha dado porque él sí sería capaz de echar a un semejante allí. Tanto, que inclusive atenta contra sí mismo y hasta con los suyos para terminar de la misma forma. Hay que estar completamente loco para algo así, sin duda.

Es increíble que muchos gustan pensar que hay disfrute y paz plena después de la muerte, pero rechazan de plano que pueda haber tormento, dolor y confusión después de la vida, negando inclusive que exista consciencia luego de la muerte porque sinceramente temen que sea verdad.

Pero si usted niega la posibilidad de tormento luego de morir, ¿cómo puede pensar como una realidad que sí existe la opción de pletórica paz? Es contradictorio. En otras palabras, una forma de pensar conlleva lógicamente la otra. No se pueden separar los conceptos. No es aquello de que si se portó bien entonces tiene garantizada la paz y el disfrute eternos y de que si se portó mal entonces se desvanece.  No opera así el negocio.

El que la muerte física significa dejar de existir, es una fantasía ya que nada deja de existir; tan solo se transforma como científicamente está comprobado. Su cuerpo una vez muerto se transforma en polvo. El alma tampoco deja de existir; cambia de lugar.

La muerte del alma tampoco se refiere a inexistencia pues la Palabra dice que muchos serán despertados (resucitados) para vida eterna y otros para confusión eterna (Daniel 12: 2). ¿Acaso alguien podría experimentar confusión si no existe? ¿Puede alguien estar confundido si no está consciente? ¿Puede alguien estar confundido estando dormido? ¿Puede alguien ser despertado si no existe?

Continuará…