domingo, 25 de agosto de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 100

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 100

Continuación…

¡El único que puede cambiar nuestro destino eterno es Cristo quien nos brinda la oportunidad de hacerlo en esta vida! Fuera de Él, nadie. Fuera de esta vida ya no se puede hacer nada.

Hay más acerca de la muerte que no hemos hablado aquí porque en realidad abarca más aspectos importantes, pero con los vistos es más que suficiente para tener una idea más ubicada. Lea la biblia.

 

Veredicto

La muerte no puede ser, ni nunca será una tragedia para el creyente. ¡Qué gloriosa e inmutable verdad!

 

34- Tienen alas los ángeles?

Esta creencia es otro nefasto resultado de la tradición. No sale de la Palabra de Dios sino de costumbres e interpretaciones paganas. Como mucho de las prácticas evangélicas a las que se les ha dado continuidad sin haber pronunciamientos contundentes -lamento decir-. Los evangélicos dichosamente no dan veneración ni culto a los ángeles lo que es un acierto, pero en el tema de si tienen o no alas, no dicen nada y no tienen problema si los representan con o sin ellas. Algunas de sus publicaciones los incluyen de una y otra forma, quizá porque es algo que no consideran peligroso. Los católicos si han sido más que incisivos en presentarlos como seres alados siempre. Sin embargo y aunque parezca algo inofensivo, contribuye a la larga lista de engaños de los cuales se aprovecha el enemigo.

Como decía, es común ver publicaciones en que al hablarse de los ángeles ya sea por algunas de las historias bíblicas en que participan, son dibujados con alas. Parece increíble que muchos cristianos no pueden imaginarlos de otra forma.

En las pinturas, las esculturas, el arte, y en todo tipo de representaciones, parece ser que nos convencen más y lucen más imponentes si poseen alas. En fin, casi es una mentira santificada y en no pocos casos lo es.

Continuará…


 

lunes, 19 de agosto de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 99° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 99° Parte

Continuación…

Si el hombre estando en la condición caída y pecaminosa ha podido desarrollar ciudades que nos impresionan, ¿Cómo será esa, salida de las mismísimas manos del hacedor del Universo? Indescriptible sin ninguna duda.

Ahora, si nos situamos en el proceso mismo de morir, no es realmente lo que nos ocurre tiempo antes de que muramos o inclusive al momento mismo de morir. Empezamos a morir desde que somos concebidos en este mundo. Biológicamente todo ser vivo comienza a envejecer desde que inicia su vida. Quizá por eso se ha dicho que morir es parte del vivir, deducción que en realidad no consideramos tan acertada ni apegada a la verdad.

El problema es que se nos ha vendido la muerte como lo desconocido y misterioso que nos espera en algún momento de esta vida porque las separamos dejando una seguida de la otra. Más eso es incorrecto. La vida y la muerte no se mezclan ni son lo mismo, son totalmente opuestas una de la otra, solo viajan paralelamente en esta existencia y con ambas tenemos que ver. Porque la muerte no nos llega necesariamente hasta que hayamos vivido mucho, realmente está allí latente para tocarnos en cualquier momento desde el mismo momento que ya somos parte de este mundo.

Con todo, el cuándo y cómo moriremos, está solo en las manos del Señor, así como la seguridad de la Vida eterna que sólo Él nos puede dar.

Nadie por más sabio líder, por más carismático o místico, por más ejemplar en su modo de vida o disque sabido de los misterios, te puede asegurar ni mucho menos entregar la Vida eterna después de esta vida porque finalmente todos murieron o morirán y allí quedarán sus cuerpos en sus tumbas y ellos (sus almas) en el sitio que se merecieron conforme a la elección que tomaron en esta vida respecto al Dios vivo y verdadero. Ellos no poseen la Vida eterna en sí mismos como suya porque no tienen la autoridad para manipularla como sí la tiene Cristo. Sus carismas y sabidurías nada podrán hacer por ellos.

Continuará…


domingo, 11 de agosto de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 98° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 98° Parte

Continuación…

Pero el Señor la trascendió y la abrió para nosotros. No puede la muerte ser una tragedia para nada, tan solo es el paso a dar para continuar con Él para siempre porque “estar con Cristo es muchísimo mejor” (Filipenses 1: 23). Es el quedar dormido aquí para despertar mirando la más espléndida y hermosa presencia que es Él y fundirnos en un abrazo por fin con nuestro Hacedor. No existen palabras en esta vida para expresar lo que eso será. ¡No es fantasía, es la realidad!

Los discípulos del Señor le vieron morir en la cruz hace 2000 años, pero también le vieron resucitado tres días después y estuvo con ellos 40 días después de resucitar y antes de ascender al cielo (Hechos 1: 9).

¡Ah experiencia ha de haber sido tenerlo de frente, escucharlo y ser expuestos a aquella forma de vida gloriosa que ya no era la de este mundo!

Ante sus ojos estaba el primer ejemplar tangible de un cuerpo no producido en esta dimensión sino de la eterna, glorioso y completamente sobrenatural.

No era como resucitar en el cuerpo normal que luego volvería a morir como le ocurrió a Lázaro o a cualquiera de los anteriores a Cristo que hubiesen resucitado. Se trataba de otro tipo de vida y otro tipo de cuerpo eternos e indestructibles. Nos lo mostró Él como la realidad de lo que también llegaríamos a tener quienes le seguimos en algún momento luego de esta existencia.

Diga usted si alcanzar tal experiencia es trágico o por el contrario parte de lo hermosamente glorioso que podríamos experimentar. Es como vivir en situación marginal con toda clase de necesidades y pasar a vivir en una mansión teniéndolo todo (Juan 14: 2). Así como este cuerpo es nuestra morada terrenal, tendremos una celestial que no tiene ni la mínima comparación con la actual en capacidad, grandeza, gloria y poder (2° Corintios 5: 1 y 2). Estaremos en medio de una ciudad cuyo arquitecto es Dios (Hebreos 11: 10).

Continuará…


domingo, 4 de agosto de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 97° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 97° Parte

Continuación…

Más si le conoce por medio del único que podía revelárselo el cual es Cristo, la muerte es el paso a la mayor experiencia de vida que nadie alcanza en forma alguna a imaginar.

Ningún creyente verdadero dirá para nada que la muerte, cualquiera sea, es una tragedia, porque ella no toma por sorpresa a ningún hijo de Dios. Él está preparado a cada instante viva mucho o viva poco, porque ya la solucionó en su interior al confiar en Dios.

Lo que sí podemos decir con toda seguridad es que la muerte para todos será un cambio drástico igual como lo fue nacer. Es pasar de un momento a otro, de una condición a otra totalmente diferente.

La muerte sin importar cuál sea, para quien es hijo de Dios no solo representa la más grata manera de regresar a la que es verdaderamente su casa, su sitio para nada extraño porque provino de allí antes de estar en este mundo, es decir supremamente más que la mayor y mejor experiencia de vida que pudiese haber experimentado en esta existencia. Ya lo dijo el sabio escritor de Eclesiastés en la biblia: “Mejor es el día de la muerte que el día del nacimiento”, (Eclesiastés 7: 1).

La mayor y mejor emoción que la vida jamás pudo brindarle en ninguna manera. Es de hecho lo prometido en la Palabra cuando lo llama: ganancia (Filipenses 1: 21).

Más no es por lo maravillo y sublime de lo que está reservado allí para los que creemos en Cristo lo que nos hace seguirle, tampoco el huir de la horrible y eterna separación de Dios que espera al perdido lo que nos hace temerle, no; es amor, inentendible e incomparable amor con el que nos ha amado y nos ha permitido conocerle a quienes fuimos antes sus enemigos. Tal e inagotable amor que está brindándonos a cada instante, nos extasía al punto que no importa si no hubiese más que esta vida.

Continuará…