domingo, 27 de octubre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 109

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 109

Continuación

En realidad, se cumplió aquello de: “en río revuelto ganancia de pescadores”. Por supuesto que hubo conversiones genuinas entre los cientos y miles de llamados en esas condiciones y que realizaron los pasos tal como se los propusieron.

Más si en el caso de cualquiera en que la fe no fue el detonante que le llevara a arrepentirse de verdad, nada pasó entonces.  

Lo que no podemos negar y es una verdad totalmente avalada por la Escritura, es que ser hijo de Dios no depende de nosotros, ni depende de nada que hagamos solo porque nos dicen que lo hagamos; depende entera y expresamente de Dios, de lo que Él quiere y hace.

Sinceramente nadie puede producirle hijos a Dios con llevar a los oyentes a que cumplan unos pasos porque así lo ha hecho toda la vida, porque así lo hicieron con él, porque así le enseñaron a los que se lo dijeron. Más nadie medita en eso.

Nos hemos preguntado: “…y Dios, ¿Qué dice acerca de estos que les traemos como sus nuevos hijos?”  (por favor vaya al capítulo 2 de esta serie -domingo 9 de octubre de 2022-, para ver más sobre esto)

Debemos tener cuidado de no ser promotores de una tradición de engaño a las personas y engañarnos a nosotros mismos pensando que ya cumplimos con la Voluntad de Dios.

Si vemos en la Palabra, nunca hubo pasos de nada en evangelización, ni las tales oraciones de aceptación de Cristo llamadas oraciones penitentes o del pecador, ni la tal cultura evangélica con todas sus liturgias que debían cumplir los conversos. Tan solo gentes que oyeron el mensaje, entre ellos aquellos que estaban ordenados para salvación que creyeron lo que se les compartió respecto al mensaje de Dios y hasta allí.

Continuará…


domingo, 20 de octubre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 108

 

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 108

Continuación

Pero a la verdad son muchos los que pensando que ya son hijos de Dios porque no faltaron con ninguno de esos pasos protocolarios, entraron a las aguas sin haber dejado de ser pecadores y emergió de la pila bautismal un pecador mojado.

¿Pero acaso todo ello no basta?

Déjeme decirle con toda sinceridad y verdad, que realmente ni eso ni más de eso hace a nadie un hijo de Dios.

Si así fuera, tendríamos un compendio de pasos en la biblia que los definiera en una especie de listado de requisitos, pero realmente no existen los tales pasos en la Palabra.

¿Qué hace que Dios no fue “tan explícito y puntual” en un paso a paso respecto a la Salvación, como si lo fue para con el Arca de Noé, el Tabernáculo o inclusive el mismo Templo judío?

En realidad, no se trataba de pasos, ni de apegarse a un personaje (cosa que Cristo no se propuso), sino de creer un mensaje.

Si yo le digo “fe…”, eso dejará a más de uno con dudas más que con respuestas. Pero…, ¿alcanza a recordar que sin fe es imposible agradar a Dios… y que la fe viene por el oír y el oír por la palabra de Dios? El que tiene oídos para oír que oiga. (Hebreos 11: 6; Romanos 10: 17; Mateo 13: 9)

Aclaro que no estoy diciendo tajantemente que no tengan la Salvación muchos de los que leen que seguramente alguna vez procedieron con los “pasos” que les definieron aquellos que les predicaron. Más sépase que la fe es vital para que se posibilite una obra de Dios en el ser muy internamente. Cada uno valorará si eso fue lo que hubo o no en su corazón cuando alguna iglesia tradicional o predicador lo llevó a hacer lo que ellos daban por sentado que debían hacer las personas para salvarse y ser hijos de Dios.

Continuará…


domingo, 13 de octubre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 107

 

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 107

Continuación

Si eso hubiese quedado así, el daño no hubiese sido tanto porque el solo hecho de hacerlo de esa forma ya representaba un daño. No la presentación de un Salvador por supuesto lo que es vital en la evangelización, sino el tema de “introducir” gente a un nuevo movimiento. El problema es que esa forma hacía necesario poner números al crecimiento y entonces vinieron las boletas de conversión de quienes optaban por cambiarse de la creencia religiosa en la que estaban a una nueva. El seguimiento ya era más personalizado con direcciones de las casas en que vivían para asegurarse la pertenencia de aquellos nuevos convencidos.

Y si la obtención de nuevos “creyentes” se daba en las iglesias que ya empezaban a proliferar (porque sin duda debía seguirse la tradición de unos ministros profesionales que estuviesen a cargo de las diferentes agrupaciones las cuales debían tener ya sendos edificios donde congregarse a los que llamaron iglesias), la situación no era para nada diferente. También se les brindaba seguimiento para asegurarse su verdadera integración a esos grupos.

Así que el tal levantar la mano, pasar adelante para hacer una oración de arrepentimiento prefabricada, no era solo y expresamente para que la persona se encontrara con Dios, sino para no perderlo de vista y asegurarse el “atraparlo” a toda costa ayudándose con una boletita de compromiso.

Jamás se lo dirían, pero se sigue con el mencionado protocolo de “levante su mano y pase a aceptar a Cristo”. Si usted lo hace y se mantiene en dicha agrupación como miembro fiel que asiste de forma regular, ofrenda, diezma, sirve y anda la biblia bajo el brazo, eso es típico de alguien que está salvo y es un creyente verdadero. Así es dentro del ámbito evangélico.

“De ninguna forma”, dirá alguien por allí. “Tiene que hacer un curso bautismal y bautizarse, de lo contrario anda en desobediencia”. Vaya… sí, por supuesto. Faltaba el bautismo al nuevo estilo evangélico.

Continuará…

domingo, 6 de octubre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 106

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 106

Continuación

35- ¿Todos los que levantan la mano y aceptan a Cristo son hijos de Dios?

Este es todo un tema. No es solo decirlo porque igual no todos han hecho eso. El caso es que haber levantado la mano en un disque culto evangelístico o en alguna iglesia para recibir a Cristo y pasar a un altar a hacer una oración de penitencia, convierte a nadie en hijo de Dios sí o sí.

Lamentablemente miles por no decir millones en el mundo lo creen fehacientemente así.

Evangélicamente hablando, cumplir ese protocolo es suficiente. ¿Desde cuándo? En algún momento de la historia hace 500 años cuando hubo aquella tan conocida separación Luterana de la iglesia católica, la iglesia protestante empezó a interpretar la Palabra según formas que creyó serían las correctas, pero la verdad es que todo se continuó haciendo desde la perspectiva sistemática, como institución eclesial nueva naciente, como un tema que reforzara lo que sí les era muy conocido: que las personas debían formalizarse como parte de una organización por medio de ciertos criterios diferentes a los que hasta ese momento habían sido los tradicionales dentro de la iglesia universal.

Realmente era cambiar unas formas por nuevas formas, asegurando que eran bíblicas, las que se establecieron y quedaron así por siglos (hasta nuestros días).

Desconozco quién fue el padre de la evangelización proselitista que buscaba adeptos para un movimiento por medio de la presentación de la necesidad de un Salvador.

Continuará…