viernes, 23 de enero de 2015

El uso de la autoridad (7° y última parte)



El uso de la autoridad (7° y última parte)
Escrito autóctono


Continuación…

Esto nos lleva a un último aspecto que no podemos dejar por fuera referente a la llamada iglesia moderna;  porque , toda iglesia que base su funcionalidad en conceptos institucionales o empresariales, luchando por ser bonita y organizada con la Biblia debajo del brazo y cantos memorizados que dicen “Cristo es el capitán; Cristo es el Señor…”, yo creo que realmente no saben ni entienden lo que están diciendo. Creo que tampoco Cristo es Señor allí. ¿Por qué lo afirmo? Porque  Cristo no nos llevaría jamás a una práctica empresarial ni nada por el estilo ya que la iglesia no es una Compañía, ni Consorcio, ni Empresa. La iglesia es el diseño de Dios, natural y orgánica que se rige bajo los conceptos del Reino de Dios y no los del mundo, pues ella no es de este mundo. Esas “iglesias” que funcionan con sistemas terrenales, con los conceptos y prácticas de autoridad tal como los interpreta el mundo, con organigramas tal como los gobiernos humanos, son extrañas a lo que enseña la Palabra de Dios la cual dicen predicar.

Esa forma tergiversada de autoridad que se aplica en el ámbito religioso, ya vimos de donde viene pero también es producto del desconocimiento de Dios y de la separación del hombre de su relación con Él. En su trasfondo es más la muestra del orgullo y la altivez del hombre que pretende demostrarle a Dios que las cosas funcionan con o sin Él. Autoridad pagana envuelta en falsa santidad. Quizá esto le pueda sonar fuerte a alguien. No es mi intención que nadie se ofenda.

Pero si lo analizamos con una mano en la conciencia y la otra en el corazón, sabemos que esas cosas son así. Por eso las personas van de una iglesia a otra buscando dónde les traten mejor. Otros muchos cayeron lamentablemente en un círculo vicioso demoníaco en donde creen hasta necesitar la manipulación y el control como si eso fuera sano.  Pregunto, ¿la casa del Señor debería ser así? Yo creo que el Señor sabe llevar muy bien las cosas en su casa y su casa no es así.

De la manera que Noé construyó un gran barco sin ser arquitecto marítimo y ni siquiera marinero el cual se mantuvo a flote por un año hasta que bajaron las aguas y les salvó de la muerte, todo porque obedeció a Dios al pie de la letra sin pegar “un clavo” a su criterio; así como Moisés edificó el tabernáculo y este cumplió con conservar la presencia de Dios en medio de su pueblo, todo porque obedeció a Dios al pie de la letra sin poner allí absolutamente nada a su criterio, debemos saber que a la iglesia genuina del Señor no podríamos nosotros los hombres adicionarle nada a nuestro propio criterio pues ella funciona perfectamente como diseño de Dios que es. Por eso sabemos distinguirla, pues es totalmente diferente a todo lo que conocemos.

Entender todo lo presentado, no pretende ni pretenderá nunca sacar a ningún hermano de ninguna iglesia de esa línea llamadas tradicionales, ni tampoco instigarlo a que se levante en contra de ella o de sus líderes. Eso no trae ni lleva a nada bueno. Si alguno toma cualquiera de estos argumentos expuestos y los usa para atacar, no sabe ni entiende de qué espíritu es.

Ninguno de nosotros debe tratar de cambiar el sistema reinante porque si alguien debería hacerlo, ese es el Señor y le puedo asegurar que ni Él está interesado en hacerlo. Aunque tiene en medio de ese sistema mucho pueblo, su propósito se está cumpliendo de otra forma.

Debemos amar y orar por nuestros hermanos para que la libertad de Dios brille en sus corazones según ese propósito del Señor, dejarle a Él revelarse a los que quiera y clamar tal como nos enseñó a hacerlo: “VENGA TU REINO”.

Amén.