El
precio de vivir la verdad según la piedad. (2° parte)
Escrito autóctono
Continuación.
¡¿Puede creerlo?!, la piedad terrenal no
es igual a la piedad de la que nos habla la Palabra de Dios y a muchos no les interesa
ni aún oír hablar de ella. La razón principal es porque la piedad según las
Escrituras va de la mano con la mesura, lejos de toda opulencia.
Por ello comprendemos entonces por qué este
es un tema poco gustado. Inclusive es hasta ignorado deliberadamente. Algunos
quisieran poder arrancar las hojas de su biblia.
En un tiempo en que la mayoría se
desvive tras su propio bienestar y satisfacción, los pasajes mencionados plantean
un estilo de vida que no parece adaptarse a la época en que nos encontramos.
¿Por qué no se ven multitudes viviendo
por la verdad que es según la piedad? La razón fundamental es porque priva de
muchas cosas atractivas y la verdad nadie quiere negarse a los placeres de esta
vida.
Puede que tratarlo en esta oportunidad hasta
hiera susceptibilidades. Confío en que en su caso no lo sea.
Pero entonces, acorde a lo que muchos
han interpretado de las Escrituras… ¿Es que acaso la Palabra nos llama a satanizar
las riquezas y abandonar la vida tranquila que se deriva de ellas abrazando el
camino de la escases y limitaciones como un requerimiento para agradar a Dios?
El Señor habló claro acerca de la
autonegación necesaria para ser sus discípulos en Lucas 14: 26 y la realidad de
los ricos en su reino: “¡Cuán
difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque
es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el
reino de Dios.” Lucas 18 versos 24 y
25.
Nuestros oídos gustan más escuchar de un
Dios espléndido, dueño del oro y de la plata y que está deseoso -según muchos-
de disponer de cuantas cuentas bancarias tengan sus hijos e hijas para
depositarlos allí. Escuche con cuidado a los defensores de la manoseada y
manipulada doctrina de la Prosperidad.
Por otra parte nadie pretende ni desea
vivir alcanzado económicamente, ni mucho menos pensar en negarse a una
existencia pudiente habiendo estudiado hasta la saciedad, luchando y trabajando
muchos años por alcanzar su libertad financiera.
Otros quieren los goces que ella brinda por
un golpe de suerte que les permita desarrollar un negocio de rápida
rentabilidad cual mina de oro.
Continuará…