domingo, 23 de octubre de 2016

El precio de vivir la verdad según la piedad. (2° parte)



El precio de vivir la verdad según la piedad. (2° parte)
Escrito autóctono

Continuación.

¡¿Puede creerlo?!, la piedad terrenal no es igual a la piedad de la que nos habla la Palabra de Dios y a muchos no les interesa ni aún oír hablar de ella. La razón principal es porque la piedad según las Escrituras va de la mano con la mesura, lejos de toda opulencia.   

Por ello comprendemos entonces por qué este es un tema poco gustado. Inclusive es hasta ignorado deliberadamente. Algunos quisieran poder arrancar las hojas de su biblia.

En un tiempo en que la mayoría se desvive tras su propio bienestar y satisfacción, los pasajes mencionados plantean un estilo de vida que no parece adaptarse a la época en que nos encontramos.

¿Por qué no se ven multitudes viviendo por la verdad que es según la piedad? La razón fundamental es porque priva de muchas cosas atractivas y la verdad nadie quiere negarse a los placeres de esta vida.

Puede que tratarlo en esta oportunidad hasta hiera susceptibilidades. Confío en que en su caso no lo sea.

Pero entonces, acorde a lo que muchos han interpretado de las Escrituras… ¿Es que acaso la Palabra nos llama a satanizar las riquezas y abandonar la vida tranquila que se deriva de ellas abrazando el camino de la escases y limitaciones como un requerimiento para agradar a Dios?

El Señor habló claro acerca de la autonegación necesaria para ser sus discípulos en Lucas 14: 26  y la realidad de los ricos en su reino: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!  Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Lucas 18 versos 24 y 25.

Nuestros oídos gustan más escuchar de un Dios espléndido, dueño del oro y de la plata y que está deseoso -según muchos- de disponer de cuantas cuentas bancarias tengan sus hijos e hijas para depositarlos allí. Escuche con cuidado a los defensores de la manoseada y manipulada doctrina de la Prosperidad.

Por otra parte nadie pretende ni desea vivir alcanzado económicamente, ni mucho menos pensar en negarse a una existencia pudiente habiendo estudiado hasta la saciedad, luchando y trabajando muchos años por alcanzar su libertad financiera.

Otros quieren los goces que ella brinda por un golpe de suerte que les permita desarrollar un negocio de rápida rentabilidad cual mina de oro.

Continuará…