domingo, 2 de octubre de 2016

Adán y Jesús (25° Parte)



Adán y Jesús  (25° Parte)
Escrito autóctono

…Continuación:

La doctrina de “María, madre de Dios” y “el niño Dios”, es un encariñamiento del hombre a una dulce tradición, pero producto de una mala interpretación. No es bíblica, es la religión que lee la Escritura y deduce (como decir: 2+2 = 4) con la mente humana, carente de toda revelación. Es un dogma más impuesto por la religión que tiene unos 1300 años de antigüedad. Dogma muy conveniente por cierto, que le genera a esa forma de iglesia, miles de millones de dólares en ganancias obtenidas de personas que siéndole fieles, sin lugar a dudas lo practican y lo creen con gran devoción, corazón sincero y piadoso pero sin fundamento bíblico alguno.

Si tuviésemos tal fe y devoción para la Verdad, revolucionaríamos al mundo.

Alguien podría decir justificando su creencia del “Jesús es Dios”, que lo fue terrenalmente hablando pero solo en una parte de Él ¿¿¿¿????, es decir que vino a nosotros en forma de Dios minimizado para poder cumplir la obra que venía a realizar. Sin embargo eso contradice lo que dice Colosenses 2: 9. No existe ni puede existir una forma de Dios minimizado pues ya no sería Dios. Nos dice este pasaje que en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, -no habla de un Dios minimizado-. El versículo siguiente reza que en Cristo nosotros estamos completos, pero en ninguna forma eso nos hace “dioses” como tampoco lo hizo a Él Dios terrenalmente.

De nuevo algo como eso no tiene soporte en la Escritura y es hasta irrespetuoso para con Dios y su Palabra pues Dios es Excelso, no hay forma de restarle Divinidad ni Magnificencia pues dejaría de ser Dios.

Tal planteamiento es soberbio por parte del hombre que siempre ha pretendido él mismo alcanzar a ser dios y derribar a Dios de su Majestad. Nadie puede resistir la Presencia de Dios, mucho menos mirarle y darle la mano como si Él fuese otro ser humano (1° Timoteo 6: 16). No podríamos sobrevivir si lo viéramos tal cual es, morimos instantáneamente. Dios se despojó de su excelsa Gloria y Majestad de Dios para poder estar entre nosotros en condición humana y relacionarse con nosotros como hombre en la persona de Cristo, pues su intención no era matarnos si nos exponía a su Divinidad.

Insistir en el Dios-hombre es necedad y una alteración a la sencilla doctrina de la Palabra de Dios.

Bien, llegados a este punto estamos por finalizar.

Recordemos que Adán generó una especie o descendencia de pecado por su fallo; Cristo generó una especie o descendencia pura, por su victoria.


…Continuaremos la próxima semana con la parte final de este ámplio estudio.