Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él? (4° parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Pedir al Señor que aumente nuestra fe es pedirle concretamente
estar más ciegos. Exactamente es anular nuestros sentidos naturales y
corazonadas, abandonándonos total y completamente a su guía.
Aquellos que viven de esta manera comienzan a ser
conocidos en el cielo, pero también en el reino de las tinieblas. (Hechos
19: 15)
Estos pierden día a día sus vidas a razón del
propósito de Dios, por causa del Señor. Estos comienzan a desaparecer para que
aparezca Cristo.
Esta es la razón por la que Dios conoce a los que
confían en Él. Dios no te mirará a ti, Él mirara a Cristo en ti. En la medida
que Cristo sea en ti, así te conocerá Dios.
Dios no está interesado ni procurando resaltar lo
mejor del hombre ni que alcance su máximo potencial. Para ello dio inteligencia
y capacidad suficiente al hombre para surgir sin que Él tenga que hacer nada.
Lejos de eso, lo que está haciendo es formando a Cristo en nosotros. Es la
persona de Cristo lo esencial para Él. Nada fuera de Cristo. La raza humana ya
tuvo su oportunidad y la despreció poniendo oídos y creyendo lo que le dijo la
serpiente. De hecho la raza humana pesó en el corazón de Dios (Génesis
6: 6). Así que la raza humana está destinada a desaparecer por
completo. Por eso en Cristo definió una nueva creación. Ese es su trabajo. Ese
es su propósito.
Este escrito no es un tratado motivacional. No estoy
aquí para decirle que usted puede. Estoy aquí para decirle que sin Él nada
puede (Juan 15: 5; Filipenses 4: 13)
Esto ya está muy lejos de lo que se predica en la
actualidad hasta en las mismas iglesias. Si nuestro tema no es Cristo, entonces
no tenemos tema. Si nuestra actividad o actividades no le circunscriben,
estamos en procesos de entreteniendo, solo eso.
Puedes ser la persona más positiva y exitosa sobre la
faz de la tierra y un completo desconocido en el cielo. (Marcos 8: 36)
Puedes inclusive ser un ministro de grandes carismas…
pero nadie en el cielo! (Mateo 7: 22 y 23)
O desaparecerás por el juicio de Dios o desaparecerás
por causa de Cristo. No te queda otro camino.
Continuará…