domingo, 22 de enero de 2017

Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él? (4° parte)



Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él?  (4° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Pedir al Señor que aumente nuestra fe es pedirle concretamente estar más ciegos. Exactamente es anular nuestros sentidos naturales y corazonadas, abandonándonos total y completamente a su guía.

Aquellos que viven de esta manera comienzan a ser conocidos en el cielo, pero también en el reino de las tinieblas. (Hechos 19: 15)

Estos pierden día a día sus vidas a razón del propósito de Dios, por causa del Señor. Estos comienzan a desaparecer para que aparezca Cristo.

Esta es la razón por la que Dios conoce a los que confían en Él. Dios no te mirará a ti, Él mirara a Cristo en ti. En la medida que Cristo sea en ti, así te conocerá Dios.

Dios no está interesado ni procurando resaltar lo mejor del hombre ni que alcance su máximo potencial. Para ello dio inteligencia y capacidad suficiente al hombre para surgir sin que Él tenga que hacer nada. Lejos de eso, lo que está haciendo es formando a Cristo en nosotros. Es la persona de Cristo lo esencial para Él. Nada fuera de Cristo. La raza humana ya tuvo su oportunidad y la despreció poniendo oídos y creyendo lo que le dijo la serpiente. De hecho la raza humana pesó en el corazón de Dios (Génesis 6: 6). Así que la raza humana está destinada a desaparecer por completo. Por eso en Cristo definió una nueva creación. Ese es su trabajo. Ese es su propósito.

Este escrito no es un tratado motivacional. No estoy aquí para decirle que usted puede. Estoy aquí para decirle que sin Él nada puede (Juan 15: 5;  Filipenses 4: 13)

Esto ya está muy lejos de lo que se predica en la actualidad hasta en las mismas iglesias. Si nuestro tema no es Cristo, entonces no tenemos tema. Si nuestra actividad o actividades no le circunscriben, estamos en procesos de entreteniendo, solo eso.

Puedes ser la persona más positiva y exitosa sobre la faz de la tierra y un completo desconocido en el cielo. (Marcos 8: 36)

Puedes inclusive ser un ministro de grandes carismas… pero nadie en el cielo! (Mateo 7: 22 y 23)

O desaparecerás por el juicio de Dios o desaparecerás por causa de Cristo. No te queda otro camino.


Continuará…