Una Nueva Forma
para vivir (7° parte)
Escrito Autóctono
Continuación…
Un cambio de paradigma.
Así
que todo lo que se conoció o fue practicado en el pueblo de Israel con respecto
a formas, sitios, muebles, rituales y demás utilizados para la adoración;
definitivamente la cruz define un antes y un después. No la cruz como cruz,
vale resaltar, sino lo que se gestó en ella por medio del sacrificio de Cristo
el Señor hace 2000 años.
La
Palabra dice que lo antiguo (previo a este singular hecho), vendría a ser
sombra de lo nuevo; y desde esa perspectiva es importante conocer lo antiguo no
para repetirlo sino para tener una mejor visión de lo que se vendría a dar.
Copiar
esas figuras, rescatarlas para nuestra adoración o para nuestras reuniones no
tiene ningún sentido, más bien denota ingenuidad y casi siempre ignorancia que
trae confusión a la maravillosa gracia que fue establecida por Dios a partir de
la cruz. Dios nos abre una nueva dimensión con nuevas cosas, lo antiguo no
tiene efecto.
Pero
debemos entender que de la ley, todo lo que se refiere a aspectos ceremoniales
y rituales, fiestas, observación de días y elementos muy propios de los judíos
cultural e históricamente hablando, no nos conciernen. Todo lo que tiene que
ver con aspectos morales presentes en la ley, de hecho se reafirmaron y
aclararon en Cristo pero abordándolo objetivamente esos principios existen
antes de ella dados a todas las naciones y continuaron posterior a ella para
todos porque no nacieron con ella. Jesús fue el ejemplo viniendo a enseñarnos
el espíritu de la ley al cumplirla pero para mostrarnos realmente cómo debía vivirse
su justicia. Decir que debe desecharse por aquello que abrogó el Señor, es una
mala interpretación.
Pablo
lo dice: La ley es buena si uno la usa legítimamente 1ª Timoteo 1: 8. El
problema es que muchos no comprenden su uso legítimo. Y otra cosa, no fue dada
para los justos -continúa aclarándonos Pablo- y en eso se pierden muchos
creyentes queriendo aplicársela a sí mismos en forma íntegra sin filtrarla a
través de Cristo.
De
allí que requerimos también una renovación del entendimiento (Romanos
12: 2) pues estamos sumamente acostumbrados a aferrarnos a las cosas
como si aquello no dejó de ser. Mucho por desconocimiento personal, casi
siempre por interpretaciones ajenas. Algo se hace necesario y vital en cada uno
y es un cambio de paradigma desde nuestro interior. No se puede asimilar nada
nuevo si así mismo no se es nuevo internamente. (Mateo 9: 17)
Continuará…