domingo, 17 de marzo de 2019

Lo concerniente a la Vida (5°Parte)


Lo concerniente a la Vida (5°Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

En todo este proceso (desde el día en que el Señor se le aparece en el camino a Damasco hasta que ya Dios le llama), pasan casi 2 décadas.

El tenía la Vida desde que la recibió y fue bautizado pero esta no se había manifestado en él. Aprendió información con los hermanos. Buenísima información sin duda, pero tenía que ser llevado él mismo a la cruz.  Luego de todo ese tiempo que le demandó dicho proceso, emerge el apóstol Pablo con un mensaje que revolucionó al mundo concerniente a la Vida.

El no predicaba información de Cristo, era el Poder de su Vida (el Cristo crucificado). No del hijo de Dios que fuera martirizado meramente, sino de aquel que murió para ser resucitado por el Poder del Espíritu de Vida (Su mensaje era la Vida).

Somos llamados a la Vida, no a una nueva forma de vivir.

Cristo nos mostró la Vida, Él nos la enseñó, la modeló, la vivió; pero no era hasta allí. Quería que se produjera (emergiera) en nosotros, no que se reprodujera (duplicara). Pablo dijo: “sed imitadores de mi como yo de Cristo” (1° Cor. 11: 1) pero lo interpretamos erróneamente como “cópienme, porque yo estoy copiando a Cristo”. Más la revelación de lo que nos comparte con esta expresión es más profunda. En el idioma original se refiere a seguir el ejemplo en forma permanentemente que en nada significa copiar y ya, en otras palabras, no se trata de adquirir costumbres o normas cristianas, sino un anhelo constante por el Señor, por su esencia que finalmente es la Vida. Porque Cristo, que es la Vida, no vivió por Él mismo en este mundo sino por la Vida del Padre en Él. Ésa debe ser nuestra aspiración, que suceda en nosotros de la misma forma como ocurrió en Él, algo que sólo Él sabe hacer.

Esto de copiar comportamientos se muestra claramente en la Palabra cuando nos dice de personas que ingresaban a las comunidades de los santos pero para espiar su libertad y cómo se manejaban en este mundo. Entonces terminaban igualándolos a la vista, mostrando algo “plástico” no producido por la Vida, cuyos fines eran desviados, pero eran fácilmente detectables por los creyentes genuinos quienes los  identificaban como “falsos hermanos”. 

Así mismo actitudes como el amor en que el apóstol les recuerda a los creyentes que este sea sin fingimiento, porque es tan fácilmente detectable, que hace lucir mal a quienes operan en él.  

La Vida de Dios no se puede duplicar, no es transferible por medios humanos, no la podemos manipular ni aprisionar.

Continuará…