Lo concerniente a
la Vida (5°Parte)
Escrito Autóctono
Continuación…
En todo este
proceso (desde el día en que el Señor se le aparece en el camino a Damasco hasta
que ya Dios le llama), pasan casi 2 décadas.
El tenía la Vida
desde que la recibió y fue bautizado pero esta no se había manifestado en él.
Aprendió información con los hermanos. Buenísima información sin duda, pero
tenía que ser llevado él mismo a la cruz.
Luego de todo ese tiempo que le demandó dicho proceso, emerge el apóstol
Pablo con un mensaje que revolucionó al mundo concerniente a la Vida.
El no predicaba
información de Cristo, era el Poder de su Vida (el Cristo crucificado). No del
hijo de Dios que fuera martirizado meramente, sino de aquel que murió para ser resucitado por el
Poder del Espíritu de Vida (Su mensaje era la Vida).
Somos llamados a la
Vida, no a una nueva forma de vivir.
Cristo nos mostró la
Vida, Él nos la enseñó, la modeló, la vivió; pero no era hasta allí. Quería que
se produjera (emergiera) en nosotros, no que se reprodujera (duplicara). Pablo
dijo: “sed imitadores de mi como yo de
Cristo” (1° Cor. 11: 1) pero lo interpretamos erróneamente como “cópienme,
porque yo estoy copiando a Cristo”. Más la revelación de lo que nos comparte
con esta expresión es más profunda. En el idioma original se refiere a seguir
el ejemplo en forma permanentemente que en nada significa copiar y ya, en otras
palabras, no se trata de adquirir costumbres o normas cristianas, sino un
anhelo constante por el Señor, por su esencia que finalmente es la Vida. Porque
Cristo, que es la Vida, no vivió por Él mismo en este mundo sino por la Vida
del Padre en Él. Ésa debe ser nuestra aspiración, que suceda en nosotros de la misma
forma como ocurrió en Él, algo que sólo Él sabe hacer.
Esto de copiar
comportamientos se muestra claramente en la Palabra cuando nos dice de personas
que ingresaban a las comunidades de los santos pero para espiar su libertad y
cómo se manejaban en este mundo. Entonces terminaban igualándolos a la vista, mostrando
algo “plástico” no producido por la Vida, cuyos fines eran desviados, pero eran
fácilmente detectables por los creyentes genuinos quienes los identificaban como “falsos hermanos”.
Así mismo actitudes
como el amor en que el apóstol les recuerda a los creyentes que este sea sin
fingimiento, porque es tan fácilmente detectable, que hace lucir mal a quienes
operan en él.
La Vida de Dios no
se puede duplicar, no es transferible por medios humanos, no la podemos
manipular ni aprisionar.
Continuará…