¿Qué es la iglesia que está
en la casa? 3° Parte
Escrito Autóctono
Continuación…
3- La iglesia que está en la
casa no es asistir a una casa.
Para el mover de La iglesia que está en la casa que
Dios designó como su diseño original planteado claramente en la Escritura, no
significa de ningún modo dejar de ir a un sitio tipo santuario para ir a otro
que no lo es. Típicamente seguiríamos en lo mismo. Pasaríamos de una pasividad
a otra. No es dejar de santificar un edificio material para introducirnos a
santificar una casa material. La tradición de salir de nuestra casa los
domingos o cualquier otro día para ir a un templo donde están los hermanos, no
se acaba con dejar de ir allí y asistir a una casa en donde también están los
hermanos. Nos pasó ya una vez cuando salimos de un templo tradicional
religioso, para asistir a otro templo nada más que evangélico con otro tipo de
liturgias y doctrinas. No podemos percibir la reunión de hermanos en una casa,
como congregarnos como antes sólo que en una casa con nuevas liturgias. El
diseño de Dios se define como un grupo de personas que tienen Vida (su Vida) y
la comparten interactivamente. El concepto entonces no es ir a recibir sino ir
a dar. La idea no es “¿qué me tienen?” para mi bendición, sino “¿qué llevo?”
para edificar. Soy privilegiado y además tengo la responsabilidad de aportar mi
ministerio y mis dones a mis hermanos para su provecho así como necesito de
ellos para mi crecimiento. Se llama mutualidad. De allí el hecho que al
salir de una iglesia tradicional, no deberíamos quedarnos solos tratando de
vivir un cristianismo ermitaño (Dios y yo) como hacen erradamente muchos, pues
Dios diseñó su casa de forma corporativa porque nos necesitaríamos unos a otros
en esta vida nueva.
Entonces la iglesia que está en la casa no es solo
decir hacer iglesia en una casa. Definitivamente es otra cosa. Rom.
14: 19; 1° Cor. 14: 26; 1° Tes. 5: 11; 1° Ped. 4: 10 y 11.
4- La iglesia que está en la
casa no es un estudio bíblico.
Es un deleite escuchar a alguien que comparte la
Escritura con claridad y profundidad plena. Es adicionalmente enriquecedor si
podemos saldar nuestras dudas y adquirir conocimiento personal. Pero decir que
una reunión que pretende ser de edificación de la comunidad de creyentes es
sentarse a solo eso, realmente no es la tónica. Si bien es cierto que la
Palabra de Dios ha de ser base y fundamento de nuestra fe, eso no habilita
necesariamente a la reunión de los hermanos en casa para centralizar el estudio
bíblico como la razón de reunirse. No estoy diciendo que debe entonces
eliminársele de ellas bajo ninguna circunstancia. La reunión del cuerpo de
Cristo en el contexto neotestamentario tal y como se plantea, tenía diferentes
expresiones y solo una de ellas tenía que ver con escuchar a alguien enseñando
profundamente la Palabra. Ahora, claro está que no nos congregamos en casas
para cualquier cosa, lo hacemos para edificarnos en el Señor y su Palabra desde
la exposición de los diferentes dones dados por el Espíritu Santo para provecho
de todos y por todos. Puesto que no venimos a recibir sino a dar, es necesario
que los hermanos en su totalidad sean incentivados a exponer sus dones para
adoctrinar, enseñar, cantar, profetizar, exhortar, animar, orar y compartir de
todas las formas posibles de acuerdo a la sana doctrina que están aprendiendo
en la Palabra y sus particulares tiempos de relación con Dios. (1°
Cor. 14: 26). Los tiempos para dedicarlos a Estudios de la Palabra
deben tener sus espacios por aparte otro día y mejor hasta en otros lugares (no
necesariamente casas). De hecho es muy enriquecedor, diferenciador y hasta
motivante que sea en otro ambiente o momento.
Continuará…