domingo, 10 de mayo de 2020

¿Qué es la iglesia que está en la casa? 3° Parte


¿Qué es la iglesia que está en la casa? 3° Parte
Escrito Autóctono

Continuación…

3-     La iglesia que está en la casa no es asistir a una casa.
Para el mover de La iglesia que está en la casa que Dios designó como su diseño original planteado claramente en la Escritura, no significa de ningún modo dejar de ir a un sitio tipo santuario para ir a otro que no lo es. Típicamente seguiríamos en lo mismo. Pasaríamos de una pasividad a otra. No es dejar de santificar un edificio material para introducirnos a santificar una casa material. La tradición de salir de nuestra casa los domingos o cualquier otro día para ir a un templo donde están los hermanos, no se acaba con dejar de ir allí y asistir a una casa en donde también están los hermanos. Nos pasó ya una vez cuando salimos de un templo tradicional religioso, para asistir a otro templo nada más que evangélico con otro tipo de liturgias y doctrinas. No podemos percibir la reunión de hermanos en una casa, como congregarnos como antes sólo que en una casa con nuevas liturgias. El diseño de Dios se define como un grupo de personas que tienen Vida (su Vida) y la comparten interactivamente. El concepto entonces no es ir a recibir sino ir a dar. La idea no es “¿qué me tienen?” para mi bendición, sino “¿qué llevo?” para edificar. Soy privilegiado y además tengo la responsabilidad de aportar mi ministerio y mis dones a mis hermanos para su provecho así como necesito de ellos para mi crecimiento. Se llama mutualidad. De allí el hecho que al salir de una iglesia tradicional, no deberíamos quedarnos solos tratando de vivir un cristianismo ermitaño (Dios y yo) como hacen erradamente muchos, pues Dios diseñó su casa de forma corporativa porque nos necesitaríamos unos a otros en esta vida nueva.
Entonces la iglesia que está en la casa no es solo decir hacer iglesia en una casa. Definitivamente es otra cosa. Rom. 14: 19; 1° Cor. 14: 26; 1° Tes. 5: 11; 1° Ped. 4: 10 y 11.

4-     La iglesia que está en la casa no es un estudio bíblico.
Es un deleite escuchar a alguien que comparte la Escritura con claridad y profundidad plena. Es adicionalmente enriquecedor si podemos saldar nuestras dudas y adquirir conocimiento personal. Pero decir que una reunión que pretende ser de edificación de la comunidad de creyentes es sentarse a solo eso, realmente no es la tónica. Si bien es cierto que la Palabra de Dios ha de ser base y fundamento de nuestra fe, eso no habilita necesariamente a la reunión de los hermanos en casa para centralizar el estudio bíblico como la razón de reunirse. No estoy diciendo que debe entonces eliminársele de ellas bajo ninguna circunstancia. La reunión del cuerpo de Cristo en el contexto neotestamentario tal y como se plantea, tenía diferentes expresiones y solo una de ellas tenía que ver con escuchar a alguien enseñando profundamente la Palabra. Ahora, claro está que no nos congregamos en casas para cualquier cosa, lo hacemos para edificarnos en el Señor y su Palabra desde la exposición de los diferentes dones dados por el Espíritu Santo para provecho de todos y por todos. Puesto que no venimos a recibir sino a dar, es necesario que los hermanos en su totalidad sean incentivados a exponer sus dones para adoctrinar, enseñar, cantar, profetizar, exhortar, animar, orar y compartir de todas las formas posibles de acuerdo a la sana doctrina que están aprendiendo en la Palabra y sus particulares tiempos de relación con Dios. (1° Cor. 14: 26). Los tiempos para dedicarlos a Estudios de la Palabra deben tener sus espacios por aparte otro día y mejor hasta en otros lugares (no necesariamente casas). De hecho es muy enriquecedor, diferenciador y hasta motivante que sea en otro ambiente o momento.

Continuará…