¿Qué es la iglesia que está
en la casa? 4° Parte
Escrito Autóctono
Continuación…
5- La iglesia que está en la
casa no es una nueva revelación o doctrina.
Para muchos hablar de estas cosas desconocidas es
hablar de un nuevo mover, doctrina o moda de la iglesia. Nada más descabellado;
ni siquiera nueva revelación. Es la vida normal y natural de la iglesia según
lo expresa el Nuevo Testamento. Entonces hemos de profundizar en conocer esa
vida efectiva que trastornaba al mundo (Hch. 17: 6) y vivir por y a través
de ella. Si nuestro anhelo es palpar literalmente al Señor, no hay nada más
propicio para experimentarlo. La conciencia de que somos un cuerpo vivo, su
implicación y la convicción que se alcanza, no se logra solo por decirlo; hay
que vivirlo en carne propia.
6- La iglesia que está en la
casa no es una reunión social para evangelizar.
Aquí es necesario poner los puntos sobre las “íes”.
Hemos llegado a creer que una reunión de hermanos en una casa es un sitio para
invitar a toda la gente que se pueda para que escuche la Palabra y conozca a
los cristianos en un ambiente digamos que más de confianza y cercanía. Esto -se
ha dicho y practicado- tiene lógica porque es una forma o la forma en que la
iglesia puede evangelizar. Entonces procuramos estar allí en Jeans, tenis, o lo
más informal posible, si se puede llevamos guitarras para los acostumbrados
cantos de alabanza y adoración, nos sentamos en los sillones y escuchamos a un
expositor darnos un animoso estudio bíblico al que se le puede interrumpir de
cuando en cuando para alguna pregunta o comentario; oramos y llenamos el
sobrecito de ofrendas voluntarias. No faltan los bocadillos y el refresco o
bebida caliente. Muy lindo, sin lugar a dudas. Pero no diferente a cualquier
otra reunión social de amigos salvo que tenemos los factores de culto ya
mencionados. Aunque la reunión de hermanos por las casas dentro del marco del
primer siglo no incluía prácticamente ninguno de estos aspectos. Pero también
miramos claramente que no usaban esa reunión para evangelizar inconversos; de
hecho, no era común invitarlos pues las mismas estaban diseñadas para otro
objetivo que no se entendería dentro del círculo de los no creyentes. 1°
Cor.14: 23-25 muestra lo hipotético que sería si verdaderamente algún
inconverso se “cuela” en la reunión. Según insiste una y otra vez el Nuevo
Testamento, la reunión de los hermanos en las casas tenía el matiz de la mutua
edificación con la exposición de los dones del Espíritu para ese fin principal
y primordialmente; estas cosas tenían que ver con los creyentes quienes si lo
entendían en forma clara y natural pero era locura para los impíos (1°
Cor. 2: 14). Por esto no eran considerados para estar en ella. Su
exposición al evangelio se hacía de otra manera. Más
en “su terreno” que en el de la iglesia -“Id por todo el
mundo...”-. Teniendo en claro lo primordial que es mostrar una vida que da
testimonio, no basado tanto por lo que se dice aunque por supuesto lo que se
dice es muy preponderante.
Continuará…