domingo, 3 de mayo de 2020

¿Qué es la iglesia que está en la casa? 2° Parte


¿Qué es la iglesia que está en la casa? 2° Parte
Escrito Autóctono

Continuación…

1-     La iglesia que está en la casa no es un culto.
¡Qué cosa increíble tenemos los cristianos! Pensamos que si algo de cristianos no tiene cara de culto, entonces no es cristiano. De allí que nuestros eventos sociales cristianamente vividos, deben ser necesariamente algún ejercicio de un culto. Cuántos de nosotros no hemos asistido a una boda en una iglesia tradicional cristiana en que además de la ceremonia también hay cantos de alabanza y adoración, danza y ofrendas; junto a la ministración de los votos nupciales, predicación; y como en mi boda hace poco más de tres décadas, oración por los enfermos y llamado a aceptación de Cristo. Sé de un caso que tuvo hasta ministración de demonios. Como para reir a más no poder, ¿no es cierto?
Es tan común porque estamos y estuvimos impregnados de cultos, y apenas nos reunimos en una casa, el modelito de oración inicial, cantos de alabanza, ofrenda y adoración previa a un predicador o hermano con un estudio bíblico frente a oyentes pasivos (o medio pasivos), toma lugar. Parece que culto, culto, culto es lo único que nos pasa por la mente. Deberían llamarnos cultistas en vez de cristianos.

2-     La iglesia que está en la casa no es una célula.
Desconozco de dónde viene el nombre de célula a lo que hacemos en las casas. Supongo que alguien leyó que la iglesia es un cuerpo y dedujo que la parte más pequeña de ese cuerpo es la célula. Bien como biología, pero no ayudó en la práctica ni cambió nada esencial en el cuerpo de Cristo aparte de que tal designación al grupo de creyentes en una casa también es inadecuada. Sirve sólo al proyecto de números, control y finanzas de sus iglesias gestoras tradicionales. Porque el cuerpo depende de la salud de las células y no al revés. Hoy en cambio se hace de las células iglesias en chiquitito, imponiéndoles la organización y gobierno que rige a la “madre” con sus programas e infraestructura. Se transformaron en la estrategia de algunas iglesias institucionales y no en la iglesia en sí conformada por individuos. Según miro en la palabra, Pablo no escribió a la o las iglesias madre que tenían “casas iglesia”. De hecho no existían las tales madres ni las tales casas iglesia. Pensar que Jerusalén, Damasco o Antioquía por tratarse de grandes centros de hermanos creyentes se considerasen madres de aquel movimiento, es de nuevo un intento insulso  por  justificar  las paternidades que vemos hoy. Todo lo que había y se consideraban iglesia eran los hermanos quienes reunidos por las casas se edificaban mutuamente y fue igual en cualquier región en que nacían y a las que Pablo sembró y les escribió sus cartas. Ellos se sabían parte del cuerpo universal de creyentes llamado la iglesia de Cristo. Una única iglesia diseminada en todas partes. Nunca hubo células de una iglesia por aquí y células de otra iglesia por allá.

En un punto próximo, trataré más ámpliamente el aspecto de la célula como concepto.
Pero sí, claro! lo que hacen las instituciones cristianas en las casas son células, grupos de alcance o  como se les ocurra llamarlas, ¡no importa! Las de la Palabra no lo son.

Continuará…