domingo, 17 de enero de 2021

La Dinámica del Perdón (13° parte)

La Dinámica del Perdón (13° parte)

Continuación…

Puntos llamativos hasta aquí

-Si no perdonamos tampoco Dios nos perdona. (¡Qué serio!)

-El perdón es algo que se otorga siempre; no que se pide. Dios es el único digno de que se le pida perdón pero interesantemente y por su puesto su deseo más enmarcado va más por el arrepentimiento genuino de nuestra parte.

-Comprendiendo que no es que se nos pida perdón, tampoco debemos exigir arrepentimiento de nadie para con nosotros. Ni Dios lo hace.

-La oración es estorbada hasta que se restablezca la comunión con el hermano primeramente para así restablecerla con Dios.

-Acción pronta y concisa.

 Analicemos otro caso

Evodia y Síntique

Filipenses 4: 2 Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor (desacuerdo serio). 3 Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Este es un caso muy peculiar entre dos creyentes que además de ser miembros de la iglesia en Filipos, son reconocidas y exaltadas por su entrega a la obra.

Note las características de esas hermanas. Cualquiera podría decir que se trataba de un par de “viejas de patio” carnales, sin nada más que hacer, pero el verso 3 recalca por el contrario que no eran diríamos cualquier miembro sino combatientes según las palabras del mismísimo Pablo y no solo con Él sino con muchos otros. Estamos hablando de dos grandes mujeres creyentes de gran valía para el Evangelio, valientes, capaces de hacer cualquier cosa por amor al Señor y la extensión del evangelio.

Esto nos deja en claro que es muy probable que los problemas de un mal tratamiento del perdón que se presenta entre personas que sirven con corazones comprometidos en la obra del Señor pueden generar también deformidad en aquellos que apenas vienen creciendo detrás, pues aprenden distorsionadamente cómo manejar las mismas situaciones y eso conlleva a que el mal se mantenga vivo y para colmo hereditario.

Esto nos debe poner a pensar seriamente pero por sobre todo a actuar y corregir nuestro accionar para bien de la fe si es que le estamos sirviendo al Señor pues hay personas que están mirando nuestro ejemplo.

Continuará…