¿Queréis iros también vosotros? 1° Parte
“Dijo entonces
Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?” Juan 6: 67
Le tocó al Señor… un momento en que reveló la seriedad que representaba su mensaje y la dinámica del compromiso que adquirían los elegidos por el Padre… y muchos ya no quisieron seguirle…
Parece que nos gusta solo lo bonito, lo que suena bien, lo que es placentero, lo que no interfiera con lo que ya somos o tenemos, lo que no nos confronte… , todo está bien mientras nos hablen de lo que queremos escuchar y de lo que más nos justifique.
Pero cuando viene el tiempo del lado serio de la verdad, no nos gusta.
Nos encanta la bendición, pero no el precio a pagar. Queremos todo lo gratuito que Dios da pero no el deber. Que llenen nuestros vientres y hasta allí estamos contentos.
Inclusive he notado indicios de ello en el blog; todos abiertos a dilucidar revelación pero cuando nos ha tocado exponer nuestras costumbres a la luz de la Palabra, costumbres que todavía guardamos y protegemos con recelo, hemos perdido a muchos de nuestros lectores.
Algunos dirán que somos muy radicales o inclusive intolerantes… pero no podemos ocultar la verdad o la verdad que hemos comprendido en toda su extensión (con lo que nos gusta y con lo que no). A algunos les parecerá que es nuestra verdad, pero de serlo, ¿no son intolerantes quienes no pueden caminar con quienes les dicen cosas que les suenan fuertes y pueden ser muy ciertas?
Porque lo que hemos dicho no lo decimos para desanimar sino para llamar a la reflexión y dar espacio al cambio que nos es tan necesario.
Comprendemos que son procesos y que no todos avanzarán igual, pero en definitiva todos hemos sido llamados a sopesar nuestras costumbres y a dejar aquello que propicie en alguna medida o en mucho el manejo de cualquier cosa en la casa del Señor por parte nuestra o la dependencia de unos para con otros y no Cristo.
Continuará...