domingo, 15 de agosto de 2021

Conversando con los pecadores 7°Parte

Conversando con los pecadores 7°Parte

Continuación

6-    Cambiemos nuestro trato

Como amar es base para tratar a los demás, entonces nuestro enfoque al tratar a las personas también cambia. Recuerdo muy bien el rostro de las personas al amarlos, pero no decirles que los amaba sino expresarlo con hechos. La respuesta por parte de ellos cambió. Eso sucede cuando detectamos sus necesidades más elementales y les ayudamos. Esas necesidades van desde lo material hasta lo concerniente a lo espiritual por supuesto. Muchos requieren ser escuchados, ser aconsejados en problemáticas del diario vivir, ser acompañados pues se sientes solos, en fin… la necesidad en todas sus formas.

No pretendamos introducir el evangelio con cuchara a nadie; sepamos qué problemas reales tiene la persona e identifiquémonos con sus situaciones. Llamémoslos(las) por su nombre. Nunca usemos sobrenombres. Seamos primero sus amigos mostrándonos en una relación genuina de respeto. No hagamos las cosas de manera calculada sino sinceramente amando. Si ganamos su confianza, su corazón estará sensible y dispuesto a escuchar la dulce noticia del Señor. Por ello es que el evangelio es buena noticia. A veces lleva tiempo compartirlo pero su resultado final es total y satisfactorio en el propósito de salvación de un alma.

De nuevo, no trato de minimizar el pecado de nadie o dejarlo de lado. El pecado está allí y debe ser removido pues es un mal que está devastando a la gente. Pero debemos ver a la persona, no a su pecado. Debemos acercarnos al pecador y tratarle como si fuese un hermano más en la fe, sí, un hermano querido en la fe aunque en este momento ciertamente no lo sea, pero nadie puede asegurar que tajantemente no puede llegar a serlo. Eso es fe. No perdamos la confianza de la obra milagrosa que Dios puede hacer en cualquier persona.

Tampoco debemos tergiversar una relación yéndonos por la tangente y hacerlo sentir un hijo de Dios porque en realidad no lo es. No se trata de eso. Mucho he escuchado a creyentes que teniendo amistad con inconversos, les recetan las promesas que son del pueblo de Dios y eso no tiene ningún fundamento. Usted les estaría mintiendo.

Por eso digo que debemos estar muy bien enfocados.

continuará