domingo, 24 de abril de 2022

Las “tres partes” del hombre 31° Parte

Las “tres partes” del hombre  31° Parte

Continuación…

De nuevo, comprendiendo esto, sabemos que tanto ángeles como humanos somos diferentes formas de Vida. Así nos hizo Dios. A ellos los hizo espíritus vivientes (Hebreos 1: 14), a nosotros almas vivientes. A ellos no les dio carne, aunque si la posibilidad de materializarse y pasar como uno de nosotros, pero en nosotros puso espíritu. El ángel es mayor al hombre respecto a la santidad, a su poder y a que fue creado en y para estar en la Presencia de Dios y servirle, sin posibilidad de recibir restauración o redención si pecaban;  pero el hombre es diferente puesto que él es alma al que se le dio un cuerpo y un espíritu y por cierto creado a la imagen de Dios es decir nos hizo desde su misma esencia. De los ángeles no se dice eso en la Palabra.

Los seres humanos fuimos pensados para poder ser hijos de Dios y formar una familia con Él, relacionarnos, y ser compatibles plenamente con Cristo. Esto no concierne a los ángeles ni nunca concernirá a ellos. El trato de Dios con ellos no se equipara con su trato para con nosotros. El ángel no tiene ni tendrá nunca alma. Somos definitivamente diferentes lo que nos hace incompatibles si de mezclarnos se trata.

Somos creaciones distintas que podemos interactuar como interactúan diferentes especies normalmente, pero efectivamente nunca mezclarnos entre nosotros. Ni los ángeles podrán nunca ser seres humanos ni nosotros podremos ser nunca ángeles.  Es una fantasía y hasta un mal entender la Palabra si se cree así.

Reitero; la postura doctrinal dentro del movimiento cristiano tradicional que acepta que sí podemos mezclarnos con los ángeles, según la luz íntegra de la Palabra como lo hemos planteado aquí nos aclara que eso no es posible.

Nosotros somos muy similares a los animales teniendo un vivir muy parecido, llegando a relacionarnos con ellos emotivamente, y a percibir un sentimiento recíproco, pero eso no hace que podamos llevar esa relación hasta el plano de la reproducción con miras de procrear juntos. Eso es biológicamente imposible y por supuesto moralmente inaceptable. Tampoco nunca seremos animales ni plantas, ni nunca un animal o una planta podrá ser un ser humano.

Somos diferentes expresiones de vida y no somos compatibles para mezclarnos reproductivamente hablando. De la misma manera con los ángeles. Imposible la posibilidad de que haya un híbrido angelical-humano entre nosotros.

Continuará…