domingo, 15 de enero de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 16° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 16° Parte

Continuación…

Hay un ministerio en Cristo que tenía total relación con su misión de salvación para con Israel respecto a algo que ellos sí conocían muy bien y se refiere al sacerdocio. Recordemos que los sacerdotes eran los únicos capaces de presentar ofrendas de paz a Dios por el pecado, cuyo linaje poseía a quien estaba autorizado para entrar hasta la Presencia de Dios en el Lugar Santísimo para interceder y ministrar por los pecados del pueblo ante Dios: el sumo sacerdote. Lo hacía una vez al año.

Pero el Señor no era de la tribu de Leví, raza sacerdotal, sino de la tribu de Judá que nada tenía que ver con el sacerdocio.

Más si leemos en Hebreos sobre el sacerdocio de Cristo, este era de una línea u orden mayor, la de Melquicedec. Este misterioso personaje que aparece en la historia de Abraham y a quien pagó sus diezmos, se le reconoce como sacerdote del Dios Altísimo que no tenía principio ni fin de días y de cuya línea ministerial (mucho antes de que hubiese siquiera un hombre llamado Leví), saldría Cristo que no tenía tampoco principio ni fin de días. Su ministerio sacerdotal sería mayor al de cualquier sacerdote terrenal pues sería el único capaz de ministrar una sangre y un sacrificio mayor que tratara el pecado una única vez por todas, ya no por un pueblo específico sino tanto por Israel como por toda la humanidad. ¡Aleluya!

Su asunto tenía que ver con la salvación y aunque se acercó primero y esencialmente a las ovejas perdidas de Israel a las cuales fue enviado (Mateo 10: 6; 15: 26 y 27), estas le rechazaron sacerdotalmente hablando pues jamás comprendieron dicho ministerio en Él y porque para tal pueblo era válido solo el sacerdocio levítico y todo lo concerniente a ello (ley) y en tal posición también rechazaron al único que podía darles genuina salvación. Otra vez, no comprendieron su misión ni la visitación de Dios.

El evangelio son buenas noticias de salvación. Esta es la noticia que abarca a la eternidad. El gran propósito de Dios. Lo que ha movido su corazón. Lea de nuevo Juan 3: 16: Porque de tal manera amó Dios al mundo (un motivo) que envió a su hijo unigénito (el medio) para que todo aquel (el que escuche el mensaje, primeramente en Israel y después en el mundo) que en Él crea (que identifique y reconozca quién es el Señor y a lo que vino) no se pierda más tenga vida eterna (finalidad u objetivo de Dios).

Continuará…