domingo, 22 de enero de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 17° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 17° Parte

Continuación…

Cristo es el enviado (el apóstol por excelencia) pero, ¿Qué propósito tiene un apóstol si no tiene un mensaje? ¿Qué razón tiene un mensajero sin una encomienda que entregar? No tiene razón de ser. Pierde todo el sentido por cuanto existe.

Si el Señor no hubiese tenido nada qué decir, su sola persona hubiese pasado casi inadvertida en este mundo si no fuera por las maravillas y señales que hizo.

Sí, recordaríamos todo lo grandioso que hizo como pasa con muchas personas notables en la historia humana. Le admiraríamos sin duda, pero continuaríamos perdidos. Su obra poderosa y el impacto de su huella tuvieron que ver con lo que hizo por supuesto pero por sobre todo con la finalidad de lo que habló, porque el Padre le dijo exactamente qué hacer e imperiosamente el mensaje que daría el cual trascendió en salvación a la humanidad confirmada por su sacrificio y resurrección (1° Corintios 15: 14 y 17).

Nos hubiesen maravillado sus hechos, pero eso no cambiaba nada en nosotros… el poder de su mensaje que es lo mismo que el testimonio, este es el que nos penetraría provocando el cambio que necesitábamos. Así como la luz al principio rasgó la oscuridad misma por la Palabra que Dios pronunció “sea la luz”, de igual forma la Palabra irrumpe en nuestra oscuridad e ilumina todo nuestro ser. Sí, Cristo es la Palabra (el Verbo) y tenemos que presentarlo como tal.

Tan importante es el mensaje, que la extraordinaria obra de Cristo en la cruz y su poderosa resurrección la conforman, para hacer del evangelio algo tan supremamente poderoso que desata toda la magnitud de su poder de salvación en aquellos que lo creen, pero no hace nada en los que no.

Cuando decimos que creemos en Cristo no se espera expresamente que enfoquemos nuestro pensamiento en el personaje histórico como tal… sino en que lo que dijo fue y es la verdad (finalidad). Si no, no podemos creer en Él aunque sepamos que existió, como le pasó a tantos en sus tiempos y continúa sucediendo hoy.

Continuará…