domingo, 8 de enero de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 15° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 15° Parte

Continuación…

¡Qué enorme la diferencia de los que creyeron la Palabra y los que no! Salta a la vista lo que ocurrió con los que la recibieron comparado con los que no. Solo esos dos grupos hay en la Biblia: quienes creyeron el mensaje y quienes no. Si no comprendemos este principio, los versículos que leeremos siempre nos parecerán otra cosa de lo que realmente son y nos comunican.

Cuando deducimos de forma simplista al leer los pasajes que parecen mostrar que es necesario recibir al Señor, no hacemos más que persistir en el error que venimos explicando. Por favor!, sepamos comprender. La Palabra no se contradice.

Usted podría decir, “bueno, como el Señor es la Palabra y la Palabra es Él… entonces ¿para qué complicarnos?; recibir la Palabra es recibir a Cristo…, sigamos igual”. Pero entonces seguiríamos dejando en los corazones de los oyentes el enfoque y sentimiento equivocado y ese es el problema mayúsculo que anotamos.

Pasajes como Juan 13: 20 se complementa y aclara con el 17: 8 respaldando la doctrina general que sí está igualmente planteada en todos los pasajes que ya hemos leído.

Pero qué de Juan 1: 11 y 12. Veámoslo en el contexto de la misma Palabra analizándolo con el cuidado que requiere para conocer su trasfondo.

El pasaje dice textualmente “a lo suyo vino, y los suyos no le recibieron, más a todos los que le recibieron…”.

¿Nota la expresión “a lo suyo” y no “a los suyos” como recitan todos?

Eso cambia sustancialmente el sentido que siempre se le había dado. Este “a lo suyo” define un algo, una misión. Cuando el ángel lo anunció a María, lo dijo: “Y llamarás su nombre Jesús (Joshúa, que significa: el Señor es Salvación) porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Estaba implícita y definida su misión hasta en su nombre. Ser el Salvador, es decir el medio que Dios dispuso. Entonces venía a cumplir un encargo de su Padre; pero aquellos que debían en primera instancia reconocerlo (comprender su misión), le rechazaron.

Continuará…