domingo, 9 de abril de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 28° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 28° Parte

Continuación…

Que se congregue una cantidad de personas a realizar una protesta es que esas personas se reúnan para manifestarse con un mismo objetivo. Que se congregue un ejército armado, posiblemente se está frente a una práctica o un evento bélico. En la biblia, que se congreguen los hermanos creyentes es que tendrán sus tiempos para definir cosas de su interés o bien y principalmente para edificarse mutuamente. Es todo. Nada del otro mundo con respecto al término.

Hebreos 10: 25 es el versículo más usado y por cierto más manipulado para insistirles a los cristianos que deben ir a la iglesia. Más el pasaje que presenta la validez y la importancia de congregarse legítimamente, en ninguna parte establece el sitio o lugar como lo importante, ni sugiere un sitio definido para congregarse. No es ni está planteado como una amenaza sino como una buena recomendación y forma para los creyentes de seguir creciendo y funcionando como iglesia genuina.

Resalto que por ninguna parte el versículo habla del lugar en que se debe realizar la sana práctica de congregarse.

Lo han torcido a tal punto que para colmo de males le impregnaron hasta la condena divina por no ir a la iglesia. Cosa totalmente salida de contexto.

Y es que no tenemos que ir tan lejos a revisar todo el Nuevo Testamento para enterarnos de que la iglesia nunca fue un lugar a dónde ir… (no existe ni un versículo que lo diga). Lo que sabemos de sobra es que la iglesia es el cuerpo de Cristo (gente creyente). Se es iglesia, según la Palabra y no se va a la iglesia como te vende la religión.

Tampoco se hace jamás referencia a un templo cristiano donde reunirse porque no hubo en la biblia ningún templo cristiano, ni edificio, santuario, o casa de Dios construida por cristianos. Tampoco tabernáculo cristiano, ni edificio físico alguno santificado o consagrado por creyentes… ¡nada!

La iglesia, el templo, el edificio, la casa de Dios, el tabernáculo, ¡son los creyentes! según la doctrina del Nuevo Testamento.

¿Pues entonces en qué lugar debíamos congregarnos? En cualquiera en que pudieran reunirse desde dos o tres bajo el nombre y autoridad del Señor para edificarse el uno al otro. Y si era bajo su nombre, entonces Él se hacía presente y era el dueño y Señor de esa reunión. No es un invento: lea Mateo 18: 20.

Continuará…