domingo, 23 de julio de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 43° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 43° Parte

Continuación…

Así que si a la práctica neotestamentaria para comer en comunidad la cena del Señor se refiere, entonces debería dedicar el domingo. Posteriormente el Emperador romano legalizó el día del Señor como el domingo respaldado por una práctica pagana del día del sol.

¿Entonces con cual nos quedamos?

Yo digo que con ambos, pero con todos.

Qué gozo inefable nos proveyó la cruz, nos dio descanso de nuestras cargas no solo un día ni dos, sino todos. Abrió el santuario de Dios no unas horas en un sitio específico, sino que lo habilitó permanentemente 24/7 para que adoráramos y nos deleitáramos en Dios y Él en nosotros cualquier hora, cualquier día de la semana y en cualquier lugar. Una libertad así nos convenía, pero solo Dios nos la podía proveer.

Yo no debería guardar para Dios un día ni buscar deleitarme en él o hacer su voluntad en una fecha específica de la semana, porque Cristo extendió mi libertad para siempre y soy su testigo 24 horas al día cada día de la semana y en cualquier sitio que me encuentre.

Si eso no es así, ¿de qué me sirve un sábado o un domingo y ya cumplí? ¿Cumplí con quién y para qué? ¿Acaso el día dedicado para el Señor no es un día para hacer el bien también a los demás? ¿O es que lo haremos solo ese día?

Dedique usted el día que quiera si está convencido de cualquiera de los dos, pero asegúrese de deleitarse en el Señor todos los días, de lo contrario será un religioso que busca cumplir con un día para agradar a Dios.

Continuará…