domingo, 24 de diciembre de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 65° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 65° Parte

Continuación…

Sí, Dios quería que lo vieran todos (el mayor número de gente) y por cierto que fue así, pero no se trataba de un show, se trataba de la proclamación en alta voz de sus maravillas y también de su plan de salvación. Y Pedro, lleno del Espíritu Santo, habló su primer mensaje evangelístico y se convirtieron más de tres mil personas quienes fueron añadidas a la iglesia.

Entonces no podemos tomar esto como un procedimiento doctrinal ni como ejemplo para decirle a la gente que deben experimentar algo similar para decir que ahora vino el Espíritu sobre ellos. 

Note igualmente que este es el cumplimiento de la promesa del Señor cuando dijo que enviaría al Espíritu Santo desde el cielo y eso ocurrió ese día de una vez y por todas y listo. Ya no se repetiría ese envío desde el cielo, ahora ese Espíritu moraría con y en los creyentes tomando a quienes creyeran de forma horizontal (extendiéndose) y ya no de forma vertical (descendida del cielo) como ocurrió en Pentecostés.

En otras palabras el Espíritu ya vino, no tenemos que estar pidiendo que el Señor nos lo envíe y cumpla una promesa que ya cumplió hace dos mil años. El Espíritu desde que llegó hace su trabajo de convencer al mundo de pecado, justicia y juicio y ser el Consolador por excelencia de nuestras vidas.

Otro aspecto a resaltar y que no debemos dejar de lado y es básico en esto de entender qué ocurrió en Pentecostés es algo que muchos no comprenden por la doctrina errónea de que somos tripartitos (espíritu, alma y cuerpo). En la Palabra todo encaja para nuestro buen entender de la doctrina, y al estudiar la función del espíritu que Dios pone en el cuerpo del hombre sabemos que este no es el hombre ni le pertenece, sino que vino a hacer algo con el hombre, entre las variadas cosas que vino a hacer. El espíritu le dio vida al hombre. El espíritu es la vida que habilita al cuerpo que por cierto no tiene vida en sí mismo. (léalo en la Palabra). Cuando entramos al cuerpo por el soplo de Dios nosotros que somos el alma venimos envueltos en el espíritu y una vez que ingresamos a él, venimos a ser un ser viviente en este mundo.

Continuará…