domingo, 3 de marzo de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 75° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 75° Parte

Continuación…

Esos discípulos continúan predicando el bautismo de arrepentimiento a la nación de Israel donde quiera se encuentren y bautizando a la manera de Juan el bautista. No cambian su forma. Por ello, aunque en cierta medida Dios está también con ellos, era necesario unirlos al pueblo que Dios estaba formando.

Leemos en Hechos 19 y notamos que por alguna razón ellos no se habían enterado en tantos años lo que había sucedido en Pentecostés, ni del evangelio a samaritanos, aunque si llegaron a oír de que un movimiento grande de Dios se estaba llevando a cabo alcanzando inclusive a gentiles. Interesante. Les era imprescindible iniciarse ahora en el Camino y por ende bautizarse en nombre de Jesús, lo que significaba que creyesen ahora en Cristo y que se convirtieran en discípulos de Él. Les era necesario ser bautizados en el Espíritu Santo de quien no habían siquiera escuchado y al venir sobre ellos por la imposición de manos apostólica, hablaron en lenguas y profetizaban.

¿Por qué hablaron en lenguas? ¿Quiénes requerían ver ese milagro sobrenatural?

Esto sucedió ya no por causa de ningún fiel de la circuncisión que tuviera que observarlos, pues ellos mismos eran judíos.

La razón es que era un testimonio para ellos mismos. Sus años en una doctrina que no era errónea pero que ya había quedado obsoleta, debía de terminar contundentemente porque ya había algo nuevo y mejor.

Si no hubiese sucedido de esta manera, sencillamente habrían sumado aquel mover a lo que ya habían creído por tantos y tantos años y por supuesto no era el propósito de Dios sostener bajo ninguna circunstancia esa antigua forma doctrinal.

Experiencia para ellos claro está, y para nosotros enseñanza hoy.

 Continuará…