domingo, 30 de junio de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 92° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 92° Parte

Continuación…

33- ¿Es la muerte una tragedia para el creyente?

La muerte, tan temida por tantos. Tan misteriosa para millones. Tan mal entendida inclusive por denominaciones que se dicen enseñar la Palabra. Todos intentan saber y conocer lo referente a ella para saber a qué atenerse o se enfrentarán en algún momento de su existencia. Otros lamentablemente la ignoran y viven sin preocuparse de ella hasta que les llega sin haberse tomado el tiempo para comprender, lo que les dejó solos y perdidos al cruzar su umbral.

¡Qué difícil siquiera imaginar su reacción al cerrar los ojos aquí y abrirlos al otro lado enfrentando lo impensable y terrible si no se prepararon!  Porque lo que es también lamentable es que muchos murieron teniendo una visión desacertada de lo que habría después de ella por la información errada con que fueron enseñados y engañados.

Efectivamente, no deberíamos buscar respuestas donde no debemos y por sobre todo donde no las hay. No busque respuestas acerca de la muerte a donde le digan lo que usted quiere oír engañándose a usted mismo solo por el supuesto de no temerla. Al fin y al cabo, quienes le enseñan lo que sea nada podrán hacer por usted una vez que le toque afrontar la muerte.

Las religiones no podrán contestar con la verdad acerca de la muerte hablen bien o mal de ella. Un católico, un evangélico, un budista, un islámico, ningún religioso, místico o nuevoerista, nadie sobre esta tierra, inclusive nosotros -valga decir-, nada podemos hacer por usted si le alcanza la muerte.

Hay que acudir necesaria y vitalmente al que ya murió, estuvo en la tumba y resucitó, a Cristo el Señor. Él es el único que posee la verdad acerca de ella.

Continuará…


domingo, 23 de junio de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 91° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 91° Parte

Continuación…

Inclusive han intentado erradicar de este mundo a quienes fueron transformados por ese mensaje y de nuevo quienes desaparecieron fueron los enemigos de ellos. No comprenderán jamás que el asunto es espiritual. Ni se ve, ni se puede tocar.

Lo que transforma al alma nunca será el libro, es la vida de ese libro que tiene nombre y es Cristo. De hecho, él mismo es la Palabra y es ella la que alcanza y transforma los corazones. Tiene vida propia y no puede ser manipulada por nadie.

Usted puede tener el libro protegido dentro de una vitrina o abandonarlo en un rincón para que se empolve y no afectará su mensaje para bien o para mal. A lo sumo se perderá de su riqueza por dejarlo en una u otra parte y eso le hará más mal a usted que al objeto.

Cuando David decía que amaba la ley y los preceptos del Señor, no se refería a los pergaminos que la contenían. El apóstol Pablo podría olvidar los rollos en alguna casa en que se hospedara como le ocurrió, pero la Palabra estaba en él y esa no se podía dejar por allí perdida.

Al libro lo cuidamos como cuidamos cualquier libro que valoramos, pero no le damos más de eso. Su tenencia o no, no nos hace más ni menos santos, ni tampoco nos protege más de malas influencias o espíritus malignos de lo que nos protegería el periódico o una revista de automóviles.

Los demonios no le tienen miedo, pero ante el Poder de la Palabra, ¡sí que han de doblegarse porque ese Poder, Autoridad y Señorío es Cristo!

 

Veredicto: No sea un ingenuo ni religioso. Ame a Dios y sea transformado en su mente y corazón por el Cristo vivo. Deje de lado las fábulas de venerar un libro, ni a ninguna cosa. Eso sería idolatría.

Continuará…


domingo, 16 de junio de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 90° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 90° Parte

Continuación…

Pero eso no hace que debamos tomar el libro como tal y darle atribuciones sagradas, porque el libro es hojas y tinta, simple y llanamente hablando.

Creo que la realidad del respeto que sintamos hacia la biblia, no ha de enfocarse por supuesto en el color que alguna manufacturera le dio, ni al diseño de su portada, ni a los dibujos, gráficos o impresiones que pudiera tener dentro. Eso sigue siendo algo estético o de ayuda para el aprendizaje si se quiere simplemente.

Por lo tanto, darle un mote de santidad a un libro es igual que le asignemos santidad a cualquier otro objeto, lugar, edificio, trasto, vestidura…, como si lo merecieran.

Comprendiendo la obra posterior a la cruz, ya ningún objeto que se utilice en el servicio a Dios es sagrado ni ha de santificarse, ni debía ser de uso exclusivo para su servicio por ser santo, porque la santificación pasó a aplicarse a las personas, creyentes, hijos de Dios, pueblo del Señor, su casa espiritual, su templo invisible conformado por los redimidos. Nada supera esa obra que hace el mismísimo Espíritu Santo.

El libro puede leerse con devoción hacia la Palabra, no al libro en sí.

Cualquiera podría tomar el libro y arrancar sus páginas y encender un cigarrillo con ellas y no estaría cometiendo una herejía bárbara como muchos creen. Su corazón sigue estando perdido, aunque por el contrario besara la biblia literalmente hablando. Es más, dicha persona podría querer provocar a Dios con cualquier actitud negativa que emprendiera contra el libro y Dios continuará amándolo porque al mensaje de ese libro no lo ha tocado por mucho que termine de arrancar todas las páginas haciendo con ellas lo que quiera.

Muchos gobiernos y personas se ciñeron en una guerra estúpida sin cuartel de odio hacia el libro tratando de erradicarlo y los que ya no están son ellos. ¿Por qué? Porque el mensaje de ese libro es libre y eterno y nada ni nadie puede encerrarlo ni detenerlo.

Continuará…


domingo, 9 de junio de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 89° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 89° Parte

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En esa iglesia sistematizada y mundanal, nada de lo que recomienda sanamente la Palabra tiene cabida porque lamentablemente sus estructuras de poder están diseñadas para mandar sobre los demás. Ese es el meollo de este tema. Todos allí llegan programados desde el mundo en las formas mundanales y continúan igual en sus organizaciones religiosas. No se despojan de la carnalidad de hacerse de puestos y posiciones con el fin de poder controlar y sentirse importantes porque es la única forma en que creen que las cosas funcionan y estarán en orden. ¡Qué engaño y mentira más descomunales!

 

Veredicto: La mujer en el Sistema mundanal (religioso o cualquiera sea este) seguirá estando expuesta a ser segunda y en muchos casos a ser considerada hasta incompetente e incapaz. Diabólico desde cualquier sano punto de vista.

 

32- La biblia (el libro como tal -hojas de papel, y tinta-) ha de considerarse sagrado y tratarse tal cual.

¿Lo cree usted?

Acaso ese maravilloso libro llamado “La biblia” que contiene el mensaje de Dios, ¿literal, física y materialmente hablando es un objeto digno de ser colocado en una urna y tratado como un artículo al que le debemos devoción y respeto extremos?

La verdad hay personas que si lo creen.

La verdad es que poco les falta para idolatrarlo, lo que iría en completa oposición a lo que ella misma afirma.

La biblia en su composición material es un libro como cualquier otro..., solo que su mensaje si está por encima de todos los demás. Ese mensaje sí es sagrado, sí es inmaculado y tiene Poder.

Continuará…


domingo, 2 de junio de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 88° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 88° Parte

Continuación…

Vemos por ejemplo a la mamá y abuela de Timoteo enseñándole las Escrituras como buenas maestras para con él desde niño. Se trata de Pastoral familiar en una experiencia en que muy seguramente el hombre cabeza de hogar estaba ausente fuera por trabajo o porque había muerto.

Más no me cabe en la cabeza que una mujer se exponga a ser apedreada, golpeada y encarcelada como si se tratase de un malhechor por ir a lugares lejanos a abrir brecha y predicarles a gentes que no conocen de Dios o pasar hambre o peligros de ladrones en el camino como era común que se expusieran los apóstoles en sus jornadas y Dios mirando eso cruzado de brazos como si nada o como algo normal.

Con todo como que los hombres nos adaptamos mejor frente a esas situaciones y estamos dispuestos a afrontarlas y resistirlas. 

El Señor nos llama a una labor complementaria tanto a hombres como mujeres en su obra, no competitiva. En todos y cada uno la operación del Espíritu es poderosa y verdadera.

Mire lo hermoso que se produjo posterior a la cruz y es que ahora todos (hombres y mujeres) en esta nueva etapa, somos real sacerdocio y un sacerdote es un ministro y servidor del Señor que recibe una cuota de la autoridad de Él para servir a sus hermanos; sacerdotes y sacerdotisas en Cristo que realizan una labor, una función, no nada de figuración, control, manipulación, uso, ni manejo de nadie.

Decir que la mujer está excluida, es no querer comprender tanta razón opuesta a ese desviado concepto que defienden muchos frente a toda la claridad que presenta la Palabra. Casi puedo decir que se percibe más como una rebeldía y carnalidad de esas personas y grupos disque eclesiales que se parecen a cualquier cosa menos a la casa del Señor.  

Continuará…