Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 92° Parte
Continuación…
33- ¿Es la muerte una tragedia para el creyente?
La muerte, tan temida por tantos. Tan misteriosa para millones. Tan mal entendida inclusive por denominaciones que se dicen enseñar la Palabra. Todos intentan saber y conocer lo referente a ella para saber a qué atenerse o se enfrentarán en algún momento de su existencia. Otros lamentablemente la ignoran y viven sin preocuparse de ella hasta que les llega sin haberse tomado el tiempo para comprender, lo que les dejó solos y perdidos al cruzar su umbral.
¡Qué difícil siquiera imaginar su reacción al cerrar los ojos aquí y abrirlos al otro lado enfrentando lo impensable y terrible si no se prepararon! Porque lo que es también lamentable es que muchos murieron teniendo una visión desacertada de lo que habría después de ella por la información errada con que fueron enseñados y engañados.
Efectivamente, no deberíamos buscar respuestas donde no debemos y por sobre todo donde no las hay. No busque respuestas acerca de la muerte a donde le digan lo que usted quiere oír engañándose a usted mismo solo por el supuesto de no temerla. Al fin y al cabo, quienes le enseñan lo que sea nada podrán hacer por usted una vez que le toque afrontar la muerte.
Las religiones no podrán contestar con la verdad acerca de la muerte hablen bien o mal de ella. Un católico, un evangélico, un budista, un islámico, ningún religioso, místico o nuevoerista, nadie sobre esta tierra, inclusive nosotros -valga decir-, nada podemos hacer por usted si le alcanza la muerte.
Hay que acudir necesaria y vitalmente al que ya murió, estuvo en la tumba y resucitó, a Cristo el Señor. Él es el único que posee la verdad acerca de ella.
Continuará…