Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 103
Continuación…
Los ángeles en el propósito de Dios fueron creados como seres poderosos para servirle en sus eternas intenciones. Son protectores del pueblo de Dios, un escalón más arriba en cuanto a los hombres que también fuimos creados por Dios, pero diferentes en esencia porque ellos son espíritus que pueden materializarse en forma de seres humanos, más nosotros somos almas vivientes (no espíritus) en un cuerpo terrenal a quienes se nos dio espíritu de vida para poder vivir. Por esta razón no podemos relacionarnos de forma íntima con los ángeles, somos diferentes formas de vida.
Está dentro del propósito de Dios que lleguemos a ser como ellos más no literalmente; se expresa desde la perspectiva de su poder y santidad, nunca iguales pues sabemos por la Palabra que seguiremos siendo almas vivientes que tendremos un cuerpo eterno y glorificado como el de Cristo, más los ángeles no lo tienen ni dejarán de ser espíritus, así como lo es Dios.
Los hombres somos beneficiados con la redención de nuestros pecados, los ángeles no tienen redención ni redentor; aquellos que pecaron cayeron en condenación ineludible por siempre.
Dice la biblia que un día juzgaremos a los ángeles (1° Corintios 6: 3).
Los ángeles fueron creados para estar delante del Señor en su presencia, nosotros llegaremos allí.
El anuncio del evangelio es un privilegio que nos atañe, los ángeles no participan de ello, aunque lo quisieran.
El rol angelical y el rol humano jamás se cruza ni se mezcla entre sí conforme nos enseña la Palabra. Nosotros en este mundo podemos reproducirnos según los procesos biológicos que Dios nos dispuso como humanidad, en cambio los ángeles no se reproducen entre ellos ni pueden copular con humanos porque son asexuados es decir no poseen ni necesitan sexo.
Continuará…