domingo, 31 de agosto de 2025

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 3

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 3

Continuación…

Por su parte Dios no ve con buenos o malos ojos un local o una casa o cualquier lugar, pero sí a quienes están en ellos y sus actos. Un edificio sea cual sea, no es del diablo o de Dios, sino las personas que los frecuentan y lo que se atreven a hacer en ellos y por supuesto también fuera de ellos. Al final el sitio y su finalidad se lo dan los que los usan. En el caso de un edificio, hoy puede servir para una cosa, mañana para otra. Hoy tendrá un rótulo, mañana otro.

Respecto a una casa, hoy pueden vivir ciertas personas en ella, mañana pueden habitarla otras.

Entonces alguien aquí puede decir que la biblia presenta un local físico consagrado como santo y era totalmente material. ¡Cierto! Más sin embargo ya no existe. Eso se terminó. Por supuesto hablo del templo judío que fue destruido definitivamente en el año 70 de nuestra era y hasta hoy está así. No se ha vuelto a edificar.

Más veamos que después de la cruz, sucedió algo con el lugar y su importancia; dejó de tener relevancia en los planes y propósitos de Dios porque ya Él se proveyó de otro “sitio” y templo y santuario y casa, no hecho de manos de hombres y que es espiritual en el cual habita ahora, su pueblo.

El local dejó de tener preminencia. Jesús lo dejó por sentado cuando habló con la samaritana (Juan 4: 21). Antes de la cruz, era un sitio sagrado definido para un solo pueblo, poseía divisiones que limitaban la presencia de las personas según su estatus y función; quienes servían en él pertenecían a una raza particular de ese pueblo y debían cumplir con ciertas normas propias de su labor, vestir atuendos especiales, usar utensilios y muebles también particularmente definidos y santificados, fungir su ministerio en tiempos según Dios se los había previamente asignado.

Pero la cruz definió un término en definitiva de todas esas formas, días, cosas, sacrificios, rituales, raza específica y hasta pueblo escogido. Y por supuesto un fin al sitio, es decir, no solo al lugar escogido por Él en que se erigía aquella edificación siglos antes, sino también a la edificación misma como tal.

Continuará…


domingo, 24 de agosto de 2025

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 2

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 2

Continuación…

Si usted no conoce la diferencia que representó la obra de la cruz respecto al sitio de adoración, seguirá enfrascado en una pugna sin razón. También le ampliaré adelante.

No es el local sino la disposición de los corazones lo que determina lo que Dios en su sola voluntad puede y desea hacer con las personas. Por favor comprenda que ni una casa, ni un local es nada. Dios trata con los corazones. Su obra es efectiva en cualquier lugar, inclusive hasta en una plaza, la calle o el sitio que sea. Su Autoridad es total y completa en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra nos señala la Escritura. Por lo tanto, no debemos enfrascar a Dios en un sitio y ya.

Para ser parte de una reunión de dos o más, el Señor ni se refirió al lugar o sitio en que se debía estar, solo puso como condición estar reunidos en su nombre (Mateo 18: 20). 

El problema básico e importante que ocurre con el local físico radica definitivamente en la percepción que las personas tienen acerca de él sea este un edificio o inclusive una casa. Aquello que se han tragado según les dicen sus disque líderes que estos sitios son, con el fin de manipularlos religiosa y hasta malévolamente.

Ninguna estructura física grande o pequeña es sagrada. Ninguna merece la consideración o el respeto más allá del sano comportamiento que debemos tener en cualquier sitio en que nos encontremos por un tema de buenas costumbres y el orden propios que debe imperar como la normalidad; más no por el sitio, sino por quienes debemos ser.

Hasta las mismas autoridades terrenales cuidan que en la calle misma nadie tenga comportamientos impropios y no compatibles con la decencia, las buenas costumbres y la moralidad. Y eso no tiene nada que ver con algo religioso valga decir.

Continuará…


domingo, 17 de agosto de 2025

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 1

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 1

“si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: 
El cielo es mi trono,
Y la tierra el estrado de mis pies. 
¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; 
¿O cuál es el lugar de mi reposo?” 
Hechos 7: 48 y 49

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,” Hechos 17: 24

Para muchos el hecho de que hayamos salido de la iglesia institucional y no volvamos a congregarnos en un local tipo iglesia, santuario, casa de Dios, etc, así llamadas por las religiones, representa una verdadera herejía. Por no reconocer como sagrados esos lugares, se nos tilda de secta. Muchos piensan que cuando hablamos de iglesia por las casas, estamos suplantando y hasta atacando diametralmente el local/iglesia, como quienes quisieran destruirlo.

¿Acaso le tenemos fobia al sitio que utilizan millones para sus reuniones?

La respuesta es un no contundente.

Pero la pregunta es totalmente válida y es necesario definir claramente la posición.

Cualquiera que ahora asimila o percibe las casas como el lugar elegido por Dios para congregarse, no parece comprender bien tampoco las razones del por qué preferimos las casas a un local multitudinario.

Lo digo de manera tajante, Dios no mira el lugar como importante para nada en sus propósitos, aunque el sitio según sea, facilita o no en gran medida el que se cumpla su diseño santo referente a la mutua edificación. En otras palabras, su diseño tiene toda la funcionalidad que debería y nos muestra la Palabra, dependiendo de donde se lleve a cabo. Lo ampliaré más adelante.

Ahora en todo el conocimiento bíblico y experiencia ya de más de 20 años de congregarme en casas, y muchísimos años previos de hacerlo en locales, sé de forma inequívoca que Él no toma en cuenta si estamos en un local o en una casa; tanto le he visto manifestarse en los corazones de las personas en un local que alberga a multitudes como en una casa donde tan solo puedan estar un número reducido.

Entonces… ¿Cuál es la diferencia? Deme solo unos minutos y le explicaré.

Continuará…


domingo, 10 de agosto de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 150

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 150

Continuación...

Veredicto: Usted debe meditar y considerar todo esto con una conciencia abierta. Sin embargo, usted es libre de creer lo que quiera pero bajo su entera responsabilidad. Lo que sí debe dejar es la religiosidad que en realidad no le ha ayudado ni ayudará para nada nunca.

Existen otras prácticas menores, más del tema popular y casi típico-rústico en el cristianismo evangélico tradicional, algunas de las cuales ya las hemos abordado en otros estudios que se han publicado en nuestro blog. Acá hemos querido tocar aquellas que sí nos parecen de mayor importancia y trascendencia.

Propósito de este amplio análisis de 150 partes.

Posiblemente muchos que han leído esta serie podrían de pronto ver falseado algo que consideraban muy firme en sus vidas. Prácticas comunes y de toda la vida para algunos y que al verlas expuestas de la forma que las hemos estudiado, los podrían eventualmente desanimar. No es nuestra intención. Por favor afirme su fe. A la verdad hay mal intencionados que solo estarán interesados en destruir la fe de las personas sin más ni más sin tomarse el tiempo de conocer la verdad con el sustento de la Palabra de Dios pero en realidad tampoco pueden porque tampoco entienden. 

Por el contrario, lo que sí ha sido nuestro objetivo, es que cosas que los hombres han santificado, desaparezcan de los corazones de los genuinos creyentes. Brindarles el fundamento por el cual sí pueden fortalecer su fe, lejos de tradiciones, pero sí cimentados en Cristo el Señor y su Verdad. Esto significa verdadera seguridad y libertad. Si lo ha comprendido, agradecemos al Señor su obra maravillosa en su vida por su Santo Espíritu.

Siempre estaremos anuentes a escuchar las inquietudes de nuestros lectores respecto a cualquiera de los temas tratados y a responderlas con humildad, jamás pensando que poseemos la verdad absoluta sino descansando en la esperanza y guía del Santo Espíritu del Señor quien como promete la Escritura, nos lleva a toda verdad. 

Fin

domingo, 3 de agosto de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 149

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 149

Continuación...

La verdad es una concatenación de errores encima de más errores que han llevado a millones a enredos doctrinales y conclusiones equivocadas que los tienen cautivos. En fin…

Todo el argumento presentado por supuesto va en contraposición del concepto religioso de “el niño Dios” lo que es una aberración porque en realidad Dios nunca fue un niño literalmente hablando.

Note como el mundo aceptó y abrazó como algo atractivo y tierno tal idea y hasta la proclama y publicita. Al mundo le agrada ello, pero al Cristo adulto que fue crucificado y que resucitó, no lo recibe ni lo entiende.

El “niño Dios” es una fantasía proveniente de aquella iglesia histórica convertida en institucional cuando se unió al Estado y que permitió que mentes reprobadas intentaran explicar e interpretar cosas que debían entenderse por revelación del Espíritu, no humanamente, pues no son del entendimiento de este mundo. 

Lo que eso nos dejó es más tradición de hombres que otra cosa. Lamentablemente los evangélicos y por supuesto los católicos siguen santificando un concepto que no es bíblico y a todas luces insantificable.

Nada de la Palabra de Dios es compresible con la mente terrenal (carnal) nos dice la Escritura (1° Corintios 2: 14). Hemos errado aceptando, adoptando y santificando doctrinas generadas por hombres. Esas conclusiones humanas convertidas en dogmas irrefutables, hemos de desecharlos de nosotros, sino la Palabra nunca nos dejará saber su mensaje.

No olvidemos el pasaje de los odres viejos y el vino nuevo y su trasfondo.  

En resumen entonces, por supuesto que Cristo el Señor es Dios, pero estamos aclarando cuándo lo fue, cuándo dejó de serlo y cuándo lo retomó.

Continuará…